¡Aquí estamos apurando lo poco que queda de 2017!
Este ha sido el año más viajero de nuestra vida. Es poco probable que consigamos superarlo. Bueno, realmente es imposible, ya que hemos tenido ni más ni menos que ¡365 días de viaje!
-2017… Nos has encantado. Te hemos disfrutado un montón y siempre serás recordado como la mitad de nuestra vuelta al mundo… sin duda un año especial.
Y, desde luego, más que especial… ha sido un año ESPECTACULAR, en el que no hemos parado. Con decir que lo máximo que hemos dormido en una misma cama han sido los 21 días en autocaravana que hemos pasado recorriendo la isla sur de Nueva Zelanda…
Pues bien, 2017 se acaba, y queremos rendirle un pequeño homenaje… hemos pensado mucho cómo hacerlo, y como una de las cosas que más nos gusta mientras viajamos (bueno, y cuando estamos en casa también) es comer, vamos con un repaso de 2017… ¡En clave gastronómica!
¡Os animamos a acompañarnos en este recorrido por el mundo a bocados!
Enero: Japón, el país del sol naciente.
Inauguramos el año en Japón. Un comienzo por todo lo alto. Estuvimos nada más y nada menos que un mes y medio recorriendo el país (podéis ver nuestra ruta por Japón aquí) y nos enamoramos perdidamente de su mezcla cultural.
¿Y la comida?
Podríamos comenzar hablando del increíble sushi que comimos en Kioto y Tokio, más fresco imposible. O incluso del ramen, que está ahora tan de moda, y fue la comida que más veces degustamos (es de lo más económico que uno puede comer de restaurante en Japón). Sin olvidarnos del udon (fideos gruesos), las gyozas (pequeñas empanadillas) o la espectacular carne de Kobe y de Hida.
Pero mentiríamos si no reconocemos que lo que más nos impactó fue la “comida de año nuevo”, también conocida como osechi ryōri .
Una cajita con pequeños compartimentos con distintos alimentos, todos ellos con algún significado simbólico. Los chicos de Japonismo lo explican fenomenal en este post.
En los supermercados la gente se lo llevaba sin parar, y quisimos ser uno más, peeeeero no nos convenció mucho. Sardinas secas, verduras encurtidas y alguna cosa que no supimos identificar, forman parte de esta tradicional bandejita de comida.
¡Qué queréis que os diga… nos quedamos con todo lo demás!
Febrero: Corea del Sur
Estuvimos unos 20 día recorriendo Corea del Sur durante el frío mes de febrero. Visitamos varias ciudades (podéis ver la ruta que hicimos aquí) y probamos un montón de cosas de la gastronomía local. No nos podemos quejar!
La comida en Corea del Sur siempre (y digo siempre) va asociada al Kimchi, una verdura (que suele ser col china) marinada… y picante. Al menos nuestros anfitriones en Couchsurfing de Seúl le ponían kimchi a todo… hasta al desayuno.
Javi se declara el fan número 1 del kimchi y yo… bueno, pues lo tolero, pero no es mi plato preferido.
También descubrimos delicias como el bibimbap, un bol con arroz, verduras y huevo que puede llevar o no carne, el Tteokbokki, unos cilindros de pasta de arroz que se comen con una salsa picante, o la barbacoa coreana. Como dulce, el hotteok, una especie de pan frito con miel relleno de frutos secos que probamos en Busán ¡Muy muy bueno!
Marzo: Malasia, Brunéi y Singapur
Durante el mes de mayo recorrimos Malasia. Primero la isla de Borneo donde gozamos de la naturaleza y los animales en libertad, y a continuación la Malasia peninsular. con dos incursiones a dos pequeños paises como Bunéi y Singapur.
Ahhhh, la comida malaya. Nuestra primera incursión en la gastronomía del sudeste asiático. Y no nos pudo gustar más.
El mejor pescado a la parrilla que hemos comido en el viaje fue en Malasia, en la isla de Borneo. Pero también comimos cangrejos de escándalo y nos dimos a platos típicos como la laksa o los fabulosos char kway teoh de Penang.
En Malasia, además, descubrimos las “morning glory” una verdura que sólo hemos visto allí y de la que nos hicimos fans número 1
Algo que triunfaba mucho, pero no nos acabó de gustar, fue el cendol, un helado que incluía judias pintas y una especie de noodles verdes. ¿Suena mal, verdad? Pues sabe peor. jajajja
Hay decenas de platos que valen la pena en Malasia, pero tampoco queremos olvidar que abunda la comida india, y que comimos unos roti para desayunar siempre que podíamos… que aún soñamos con ellos.
Singapur y dos de las estrellas Michelín más baratas del mundo
Singapur merece un punto aparte
Pasamos tres días en la ciudad, pero fueron suficientes para visitar ni más ni menos que ¡dos! restaurantes con estrellas Michelín.
El primero de ellos, el Tai Wah, es un pequeño negocio cerca del barrio árabe que conservaba su esencia en un pequeño puesto donde su chef, el mismo que salía en los recortes de periódicos de las paredes de hace 30 años. seguía cocinando con cara de pocos amigos. Probamos noodles y albóndigas de pescado, y estaba todo muy bueno.
El segundo de ellos, el Hawker Chan, se ha trasladado a la 78 Smith Street de Chinatown, montando un espacio al estilo fast food restaurant y donde varios empleados trabajan preparando platos en serie sin parar. Nos acercamos al puestecillo original, pero estaba cerrado. ¿El veredicto? Para nosotros mucho menos personal. La comida está buena, pero tampoco supimos ver la diferencia con otros de los sitios en lo que comimos.
Una recomendación o consejo si os dejáis caer por allí. Id fuera de las horas punta, que se montan unas colas que no veas. Las 16:00 de la tarde, a nosotros, nos fue de maravilla.
Abril: Tailandia, el país de la sonrisa
Después de Malasia fue el turno de Tailandia. Era el país que más conocíamos, aunque fuese por fotos, pero descubrirlo en persona fue como ir abriendo un regalo poco a poco. Se convirtió en una especie de “hub” al que volvimos varias veces, y en total estuvimos unos dos meses descubriendo sus pueblos, mercados. parques, islas, zonas arqueológicas… podríamos decir que es un país completo, perfecto para aquellos que quieren iniciarse en el sudeste asiático.
. Y… ¿Cómo se come en Tailandia? Pues, al igual que en Malasia, de maravilla. Aparte del archiconocido y riquísimo Pad Thai nos hicimos muy fan de sus currys, noodles, sopas… y yo (Vane) le tomé cariño al mango con sticky rice… ¡hasta aprendimos algunos platos en un curso de cocina en Chiang Mai!
Además, por lo general, sale muy bien de precio comer de restaurante, mucho mejor que comprar en el supermercado y cocinar en casa. Y ya si comes en puestos callejeros locales… encuentras auténticas y deliciosas gangas.
Mayo: Myanmar
Pasamos la mayor parte del mes de mayo en Myanmar. Un país completamente desconocido para nosotros y que nos cautivó. Recorrimos desde los puntos más turísticos hasta algunas zonas poco frecuentadas por turistas y, en general, nos hicieron más fotos los birmanos a nosotros, que nosotros a ellos.
De Myanmar no destacaríamos precisamente su gastronomía. Aún así, probamos todo lo que pudimos, y nos enganchamos a desayunar e kyar kway, una especie de “churros” chinos que nos conquistaron. La ensalada de hoja de té es otro de sus platos típicos que recomendamos probar si te dejas caer por allí ¡nosotros repetimos en más de una ocasión! y también destacamos sus currys, pedías una porción y te llenaban la mesa de platitos de verduritas para acompañar.
Pero, sin duda, lo que más destacaríamos de Myanmar es su gente de a pie. Puede sonar a tópico, pero tuvimos mucha más facilidad en conocer y entablar conversación con gente local en Myanmar que, por ejemplo, en Tailandia. ¡Y lo aprovechamos un montón!
Junio: Laos
Tras un par de semanas de nuevo en Tailandia en Junio nos fuimos a Laos. Estuvimos casi un mes recorriendo el país de norte a sur en bus, moto, minivan, barquita… puedes consultar nuestros post sobre Laos aquí. De Laos destacaríamos, sin dudarlo sus verdes paisajes, que te acompañan desde que cruzas el Mekong entrando desde Tailandia hasta la famosa frontera con Camboya por el sur.
Y en Laos, de comer, lo más típico es…
¡Un bocadillo!
Sí, señoras y señores…en Laos nos encontramos con lo más parecido que veíamos al pan desde hacía meses…
No veas la de bocatas de pa-té que cayeron. En los puestecitos locales los preparan con carne, pepinillos, salsa picante, cilantro… También cabe destacar la influencia de la época colonial francesa por lo que no solo de baguettes vive el hombre en Laos, también puedes encontrar bollería riquísima y hasta restaurantes con creme bruleé 😉
La beer Lao, cerveza local, una de las mejores cervezas que probamos en el sudeste asiático.
Julio: Camboya, mucho más que templos
Julio fue el turno de Camboya, donde descubrimos que los encantos del país van mucho más allá de Angkor Wat.
Aparte de decenas de templos, descubrimos pequeños pueblos, ciudades con historia -a veces- amarga, islas alucinantes con playas paradisiacas, parques naturales… sin duda un destino más que recomendable.
Pero ¿Y gastronómicamente? Que, ahora, se trata de eso.
Pues alucinamos, y mucho, con los cangrejos de Kep, al sureste del país. Es una pequeña población en la que hay un mercado de cangrejos. Los compras en la misma playa y te los cocinan allí mismo, o al vapor o con pimienta de Kampot (el pueblo del al lado). ESPECTACULAR, de verdad, no os lo perdáis si vais por allí.
Otra cosa que nos gustó mucho de Camboya fue ir a restaurantes de cocina jemer, que tienen un montón de ollas metálicas en la puerta. Vas abriendo tapas y eliges por el aspecto, porque es imposible muchas veces saber qué es cada cosa. Es algo… muy local.
Agosto: Sur de Vietnam
En agosto fue el turno de Vienam, donde recorrimos la zona sur. Pasamos unos días en el delta del Mekong, disfrutamos de la vida de su capital, Ho CHi Min y conocimos el parque nacional Nam Ca Tien. Dejamos el norte… para otra ocasión.
En Vietnam nos enamoramos, principalmente, de su café. ¡Por fin un café en condiciones en casi cualquier sitio!
Visitamos decenas de “cafés wifi” locales, donde me pedía un “café súa” y Javi un “café dén” y nos sentábamos en sus banquetas de plástico tamaño pitufo, a disfrutar del café mientras veíamos la vida vietnamita pasar.
Pero hablar de comida en Vietnam sin nombrar el Phó sería imperdonable. Una sopa de noodles con ternera o pollo, que está bien buena y que puedes encontrar en cualquier sitio del país. También destacamos los unos rollitos frios que te preparas tu mismo con papel de arroz, verduras, salchichas, etc, que además de ricos son la mar de entretenidos.
Y los “hot pot” en los que te ponían en la mesa carne, pescado y verdura para que te los cocinases tú mismo en una cazuela con caldo al fuego.
Septiembre: Australia
Llegamos en pleno invierno a Australia. Cambio de continente y… giro radical en la comida. Adiós sopas de noodles, adiós al arroz en tooooodas las comidas, adiós a comer fuera barato… Hola a la comida en la furgo, al vino australiano, a la carne, al queso, a los puestos de verduras de autoservicio y pago en una cajita ¡y a las barbacoas de gas en la calle!
Recorrimos los alrededores de Melbourne, la costa este desde Sidney a Cairns y nos acercamos al centro del país, el Uluru, atravesando el Outback conduciendo.
Y es que hicimos casi todos los recorridos en furgoneta y autocaravana de alquiler ¡Usamos cinco vehículos distintos! Y al tener cocina… pues preparamos la comida la mayor parte del tiempo en la furgo, comida mucho más occidental que el resto del año. Pero como comida típica, de “lo que comen los de allí”, tenemos que destacar los “pies”, esos hojaldres rellenos de carne picada sola, con queso, o cacompañada de alguna verdura, supercontundentes y que te sacaban de un apuro a medio día
Y como singularidad… probamos la carne de canguro. La puedes encontrar en cualquier supermercado, y está buena, pero no es la carne más consumida del país. Los australianos tiran mucho de vaca (hay muuuchas estaciones de ganado por el centro del país).
Octubre: Nueva Zelanda, el país de la nube blanca
En Octubre comenzó nuestro mes y medio recorriendo Aotearoa, nombre que recibe en maorí Nueva Zelanda.
Primero la isla norte… y luego la isla sur. Km y km de pastos, bosques, glaciares, zonas termales, lagos interminables, montes nevados o mares imposibles. Y esto sí que fue amor… a primera vista. Antes de irnos ya queríamos volver.
Cocinamos bastante, ya que el viaje fue un auténtico “road trip” por etapas, pero hubo tiempo para probar los típicos fish and chips en más de una ocasión. También probamos los mejores pescados desde hacía meses, y pudimos probar el whitebait, unos pequeños peces que están en el top gastronómico de la isla sur.
Pero plato estrella en la furgo fue el cordero. ¡Y no nos extraña! Alguien nos dijo que tocan a 10 ovejas por cada neozelandés. La mayor parte del terreno está llena de pastos para el ganado.
Quesos locales, hummus y vino de Hawkes bay y Malborough, también fueron nuestros compañeros de viaje a lo largo de casi dos meses.
Nos quedó pendiente probar un hangi, comida típica maorí, pero no tuvimos una ocasión que nos convenciera. ¡A la próxima!
Noviembre: Catar y… parada técnica en España
En noviembre terminamos de recorrer Nueva Zelanda a final de mes hicimos una pequeña incursión en Doha de dos días y aprovechamos para cenar comida tradicional árabe. Samosas, Pinchos, pan, hummus… y muchas especias. ¡Y escribiendo este post me he dado cuenta de que no hicimos ninguna foto!
Pero el plato fuerte, nunca mejor dicho, fue la escala en España de 14 días. Madrid, Toledo, La Rioja, Huesca, Zaragoza, Alicante, Valencia y Albacete, fueron las provincias que nos acogieron, en este paso fugaz.
Hubo tiempo para paella, arroz a banda, caldereta de pescado, tapeo… y, además, pudimos visitar dos de nuestros restaurantes favoritos: El Tatau en Huesca y el Maralba en Almansa. ¡Qué más se puede pedir! Aunque por el mundo se come de lujo también se agradece, de vez en cuando, comer en casa. ¡Se me olvidaba que también conocimos el restaurante El Bohío, del televisivo chef Pepe Rodriguez.
Maralba, en Almansa. La creme de la creme
Diciembre: Last stop USA
Diciembre nos trajo a Estados Unidos, donde nos quedaremos hasta finales de febrero.
Y lo de la comida aquí… bueno. Podemos decir que lo que más nos ha sorprendido, por ahora, es que hay un montón de comida mexicana ¡el súper está lleno de todas las marcas y productos que consumíamos en México! En el pequeño pueblo donde hemos pasado las primeras semanas hay al menos ¡tres camiones de tacos diferentes!
Por lo demás, lo más típico son los filetes de carne de angus y las barbacoas de muuuuchas horas. También hemos probado algo de repostería americana, con resultados bastante diversos.
¡Seguiremos investigando la cocina estadounidense!
Y hasta aquí nuestro repaso gastronómico del año. Esto no pretende ser una guía gastronómica, si no un compendio de recuerdos gastronómicos de nuestro viaje por el mundo totalmente subjetivo.
Como veis 2017 ¡Ha sido de lo más variado!. Nos hemos adaptado a los destinos visitados, disfrutando de lo lindo de la gastronomía local como parte de la inmersión cultural en el destino.
Ahora es tu turno ¿Qué plato os ha gustado más? ¿Os gusta a probar la gastronomía local cuando viajáis?
Venga, ¡cuéntanos!
Begoña says
¡¡¡¡Me ha entrado hambre de leeros!!!! ¡Qué pinta todo!Nada, en las huchas de los viajes haremos un apartadito gastronómico para poder probarlo todo.
¡¡Besazos grandes!!
BuscandoaCochet says
La comida asiática te molaría un montón (eso sí, sin mucho picante) jijiji
¡Besitos mil!
María José Antón says
Son las 11,36 am y como si no hubiera desayunado. Que hambre por dios….. Feliz 2018 y algo probaremos de ese Curso de Cocina. Besos de los Titos.
BuscandoaCochet says
Nos comprometemos públicamente a preparar alguna cena/comida temática cuando volvamos.
¡Muchiiisimos besosde vuelta!
ReMe says
Que hambre!! Me ha encantado este post!!. Se te ha olvidado el Bohío en noviembre, no?
BuscandoaCochet says
Sí, al final nos hemos dejado alguna cosa por poner… ¡lo edito!
Besos mil
Papá says
En este repaso gastronómico hay varias zonas que hemos compartido, Malasia, Brunei, Singapur y Nueva Zelanda y aparte de los platos de los que habláis no puedo olvidar los noodles, tanto secos como con caldo, me han entusiasmado, los !!echo de menos!! en mi menú, no en vuestro relato.
Relatais platos desconocidos que algunos apetecen y otros no, pero lo importante es la experiencia acumulada y el descubrimiento de que en cualquier parte del mundo se puede uno alimentar disfrutando los placeres de la comida (en algunos casos, solo si uno no es excesivamente escrupuloso).
Un deleite leer esas vivencias y me guardo el relato por, si tengo la oportunidad de visitar alguno de esos países, aprovecharme de vuestra experiencia.
Miles de besos y abrazos y recordar que aquí hay gente que os quiere muuuuuuuuuuuucho.
BuscandoaCochet says
¡La gastronomía es de lo mejor del viaje! ¿Verdad? Se pueden olvidar nombres de los sitios, pero nunca olvidarás esos cangrejos tan buenos que comimos en Kuching o los Dos Estrellas Michelín de Singapur.
¡Gracias por haber compartido parte del viaje con nosotros!
¡Un beso inmenso!