Seguimos con nuestro diario de viaje por Laos.
Nos levantamos en Luang Prabang y, después de desayunar, nos vamos caminando a la estación de buses. 2,5km. Compramos los billetes, un bocata y ponemos rumbo a Phonsavan, donde llegamos tras 8 horas de viaje en minibus por carreteras sinuosas y paisajes increíbles.
Ya hemos dicho que Laos es verde pero es que cada zona nueva que descubrimos es más verde aún que la anterior. ¿El minibus? Cutrecillo pero correcto. Pudimos dormir un rato, paramos a comer… es un bus local donde vamos solo nosotros de guiris junto con un francés. ¡Nos gusta viajar en “modo local”! Aunque en Laos los buses locales son lo más de lo más. Lo mismo te suben una moto al techo que te llenan el interior de bolsas y cajas. ¡Ah! y que no se te olvide parar de vez en cuando a “enfriar” las ruedas, que hay mucha curva y se frena demasiado… Como diría no sé quién… “esto es pa verlo”
A Phonsavan viajamos con dos objetivos, visitar el Plain de Jars o la “Llanura de las Jarras”, una zona arqueológica con bastante interés, y conocer una de las zonas más devastadas por las bombas racimo en la guerra de Vietnam (atentos a esto que nos dejó impresionados).
Llegamos a la estación de buses de Phonsavan que, si nos venís leyendo ya os podéis imaginar que no estaba en el centro precisamente y tras negociar un transporte recorremos los 4,5km hasta la zona de guest houses.
Javi pregunta en varias mientras Vane se queda con las mochilas y nos quedamos en Jannida guest house, donde nos hacen un pequeño descuento a cambio de que practiquemos ingles con unos amigos del chico de recepción. Aunque la verdad, que una vez instalados no nos convence mucho, poca agua en la ducha (muy poca, imposible ducharse) y poca limpieza del baño.
Finalmente nos quedamos dos noches en Phonsavan, que nos cuadraban mejor los buses. El Segundo día cambiamos de alojamiento a uno más limpio y más barato el Nice GuestHouse.
Aprovechamos las tardes para visitar dos organizaciones que trabajan en la zona que es una de las más afectadas por las bombas racimo de la guerra de Vietnam.
Pero, para que sepáis de qué hablamos, vamos a contaros (algo genéricamente) qué es eso de las UXO
Laos, el país más bombardeado (per capita) del mundo
Durante la guerra de Vietnam, más de 2 millones de toneladas (ojo, ¿eh? 2.000.000 de toneladas, que se dice pronto) de artillería fueron lanzadas en Laos entre 1965 y 1973. Fueron 9 años, de bombardeos americanos a diario. No nos podemos hacer a la idea… 🙁
Pero… ¿Por qué en Laos? (que era un país neutral). Pues porque compartía frontera con Vietnam y los americanos querían cortar rutas que utilizaba el ejército vietnamita por territorio de Laos y también acabar con los partidarios del partidos comunista que, decían, que se escondían por aquí. A esto se le conoce como la “guerra secreta”
Los bombardeos se realizaban con bombas racimo, que son un tipo de bombas que al lanzarse se abren y sueltan decenas de bombas del tamaño de una pelota de tenis, que se esparcen pudiendo llegar a la distancia de 3 campos de fútbol.
Se estima que el 30% de la artillería lanzada no detonó. Es lo que hoy se conoce como UXO (unexploded ordnance) sería como “artillería sin explotar”.
Se calcula que unos 80 millones de pequeñas bombas (aquí les llaman “bombies”) sin explotar contaminan el país, poniendo en riesgo la vida de sus habitantes a diario. La gente no sabe donde puede aparecer una de ellas, y si se golpean o manipulan pueden explotar,
Además impide que la gente más pobre de la zona trabajen sus tierras y desarrollen sus medios de vida. La gente tiene miedo. Cultivar el campo, crear sistemas de riego, construir una casa o salir al bosque a buscar comida pueden ser actividades de riesgo. En cualquier momento pueden encontrar una bomba. A día de hoy siguen matando y provocando daños a gente con demasiada frecuencia.Y esto ocurre en una de las zonas más pobres de uno de los países más pobres del mundo.
Os dejamos un documental de unicef sobre el tema, avisamos de que es duro…
En nuestra visita por Phonsavan, como decíamos antes, un día fuimos a la sede del MAG “Mines Advisory Group”, que es un pequeño centro de interpretación de una esta organización que se dedica a “limpiar” el terreno de la zona de pequeñas bombas racimo aún sin explotar.
Pudimos ver un documental y leer un montón al respecto. Y es un tema que hasta que no llegamos a Laos desconocíamos profundamente.
El Segundo día visitamos QLA, “Quality of Life Association”, una organización que trabaja para proveer medios de vida a las victimas de las UXO. Esto es, por ejemplo, les enseñan alguna actividad con la que poderse ganar la vida. ¡Aprovechamos para comprar alguna cosilla en su tienda!
Tras la visita nos fuimos a cenar, bastante reflexivos… es alucinante todo lo que desconocemos del mundo y las atrocidades que se han cometido en muchos lugares…
Por cierto, al día siguiente mientras estábamos de turisteo pudimos ver a un grupo de gente del MAG trabajando en una zona vallada de los alrededores. Nos gustó ver que realmente siguen trabajando para “limpiar” los alrededores. ¡Sobrecoge la cantidad de trabajo pendiente que queda por allí!
Os dejamos la web del MAG por si queréis más info sobre el trabajo que hacen o ver algún documental:
Después de la cena y antes de ir a dormir, estuvimos una hora y media practicando inglés con los amigos del recepcionista del hotel, tres jovenes de 17 años con ilusión por convertirse en médicos en el futuro, pero conscientes de que no lo van a tener nada fácil. Eran de un pequeño pueblo a unas 4 horas de Phonsavan, con pocos medios, y nos contaron que tenían que conseguir una beca para poder estudiar. ¡Mucha suerte, chicos, os deseamos lo mejor!
La llanura de las jarras o el Plain de Jars
El día despierta bajo un pesado cielo gris plomizo. Llueve… No demasiado, pero sí lo suficiente para que el plan que habíamos trazado para hoy, recorrer el Plain de Jars en moto deje de parecer una gran idea.
En esta zona rural del noroeste de Laos, en la provincia de Xiengkhouang, se encuentra un área conformada por numerosos sitios en los que se encuentran restos de miles de “jarras” pétreas de grandes dimensiones (pero bien grandes) que se han fechado entre el año 500 AC y el 500DC.
Las primeras evidencias arqueológicas son del neolítico. Huesos humanos, dientes, cerámica, vidrio son algunas de las cosas que se encontraron enterradas alrededor de las “jarras”.
Cuenta una leyenda local que en la antigüedad habitó la zona una raza de gigantes, y cuando el héroe local venció al cruel y opresor Chao Ankha en el siglo V, la población modeló decenas de jarras de piedra y las relleno de lao lao, un potente vino de arroz (sí, como el que compramos en Muang Sing) que se consumió durante 7 meses después de la victoria en las fiestas de celebración. ¡Vaya fiestón!
Pero no penséis que esta es la única leyenda que existe entre la población local relativas a las jarras…
Hay quien cree que hay en ellas algún componente sobrenatural, incluso algunos pobladores creen que hay fantasmas rondando las zonas de las jarras, por lo que son reacios a acercarse a los sitios.
Los estudios llevados a cabo, iniciados a comienzos de los años 30 por la arqueóloga y geóloga francesa Madeleine Colani, hablan de algo menos fantasioso pero también interesante. Al parecer las jarras fueron empleadas como recipientes funerarios por una civilización que habitó en la zona.
Al morir la persona, se disponía el cuerpo en una de estas jarras y con el paso de los años, una vez se había reducido a huesos, se extraían de las jarras para enterrarlos en los alrededores..
En cualquier caso no deja de ser algo sorprendente y misterioso. Algo que, aún hoy en día, sigue sin resolverse del todo. ¡Como veis, resulta súper interesante!
Alquilamos una moto en un sitio llamado “bombies” por 70.000kips (era temporada baja). No sé que manía tienen en esta zona en referir los cafés o los alojamientos a las bombas y decorarlos con algunas de estas… no lo acabo de ver.
Tras pasar por la estación de autobuses a informarnos de las opciones para el día siguiente (con mucha suerte, ya que encontramos a una persona que hablaba inglés, oeoeoeoe), nos pusimos en marcha.
Hay jarras diseminadas por toda la región, pero los sitios 1, 2 y 3 son los mejor conservados, abiertos al público (y libres de UXO).
Recorrimos con la moto bajo la suave, pero insistente, lluvia los 8 km que separan Phonsavan del Sitio 1, el más grande y famoso de todos.
En él hay más de 300 jarras agrupadas en zonas y aquí se encuentra la de mayor tamaño. Además hay una cueva donde se cree que se practicaban ritos funerarios.
Las jarras son muy grandes, cabe una persona dentro sin ningún problema, y pesan más de una tonelada cada una de ellas. ¡Nunca habíamos visto nada parecido!
También hay alguna tapa, que tienen figuras talladas. Aunque son tapas raras, pues no parece que “encajen” con las jarras…
Además en toda la zona 1 (también en la 3, que viéramos nosotros) hay cráteres resultado de bombas que han explotado en la zona. Por lo visto fue una zona bastante dañada y el MAG ha realizado labores de limpieza marcando las zonas transitables con unas plaquitas empotradas en el terreno, para que la gente pueda visitar los sitios de modo seguro. Basta con que camines por la zona que queda entre las placas blancas.
Seguía lloviendo y nos acercamos en moto a la zona 3. Ahora, en temporada de lluvias, el camino que conecta las zonas entre sí está impracticable lleno de barro, por lo que tuvimos que dar un poco más de vuelta.
De camino pasamos por los restos de un tanque ruso que está abandonado a un lateral de la carretera, y seguimos ruta.
Nada más llegar salió una señora a ofrecernos comer en su restaurante una sopa de noodles. Nos pareció buena idea para entrar en calor. Visitamos la zona, que tiene una zona donde se concentran muchas jarras que es muy bonita, y después de recorrer campos de arroz tanto de ida, como de vuelta, nos sentamos a dar buena cuenta de la sopa caliente.
Después de comer nos acercamos al sitio 2. Como ya habíamos visto bastantes jarras decidimos no entrar, así es que nos dimos una vuelta en moto por los caminos de alrededor del sitio y acabamos viendo un camino que te llevaba directo a las jarras, sin valla, puerta ni nada por el estilo, así es que al final vimos las jarras del sitio 2 sin pagar.
Después de visitar el sitio 2 regresamos a Phonsavan, que ya estaba bien de mojarnos con el chirimiri que no cesaba.
Es una visita muy interesante para hacer en un día y, además, el paisaje de los alrededores es una maravilla. Campos de arroz de color verde intenso, montañas pobladas de árboles…
Esa noche fichamos un restaurante italiano con muuuuy buena pinta, y aunque los platos occidentales valen más del triple que los locales decidimos tirar la casa por la ventana y cenar como señores… ¡pizza! Llevabamos meses sin pizza (bueno, un día comimos una industrial en Bangkok), así es esta artesanal nos supo a gloria.
Un capítulo de Breaking Bad, que es la serie que nos acompaña en esta parte del viaje, y a dormir.
Hasta aquí nuestra visita a Phonsavan ¡Mañana seguimos ruta!
DATOS PRÁCTICOS
Cómo llegar a Phonsavan
Desde Luang Prabang se puede ir en minivan (te venden los billetes en todas las agencias de la ciudad) o en autobús. Nosotros elegimos la opción bus local, que en las minivan siempre vamos embutidos y son más caras ,y fuimos andando a la estación de autobuses (2km). Pagamos 95,000kips cada uno. Al llegar a Phonsavan nos llevó una camioneta al centro por 5.000kips (los dos)
Dormir en Phonsavan
Nice Guesthouse: 60,000kips por noche, habitación doble con baño y wifi y café gratis.
Alquiler moto
Hay varios sitios, de precios similares. Alquilamos en “Bombies”, algo más barato que los demás: 80.000kips el día completo.
Papá says
Por fin tengo un rato sin interrupciones para comentar este articulo; Me gusta la parte de aventura, que hace ver que hay ratos que al menos son incomodos, caminar 2,5 Km con las mochilas para coger el autobús, ocho horas en un minibús local, parar a enfriar las ruedas, son cosas que os acercan a las condiciones de los locales, aunque sea momentáneas.
Impresiona el asunto de las UXO, cosa desconocida para mí y más aun con las dimensiones que describís y el tremendo video que adjuntáis.
Muy propio de vuestra forma de viajar conseguir la rebaja del precio del alojamiento a cambio de hacer algo que os gusta: relacionaros con gente local y que a ellos les sea útil esta relación.
Volveis a presentarnos algo desconocido y muy interesante, ademas de muy extenso como es la llanura de las jarras, con su misterio (yo creía que la ciencia era más exacta en determinar la antigüedad de unos objetos), que hace deseable realizar esa visita (como siempre)
En fin un relato, que aunque breve nos sigue haciendo disfrutar de vuestro viaje y nos permite “vivirlo un poco”
Miles de besos y abrazos y recordar que aquí hay gente que os quiere muuuuuuuuuucho.
BuscandoaCochet says
Una de las mejores cosas de los viajes, para nosotros, es el poder convivir con la gente local y aprender un poco de su forma de vida. sería genial que el idioma no fuese un impedimento, pero a veces es inevitable.
Muchs gracias por pasar por aquí, ya sabes que nos encantan tus comentarios, tan completos y cariñosos.
Nos alegramos mucho de que aprendáis algo con estos posts.
¡Millones de besos de vuelta!