¡Llegamos al Sudeste Asiático!
¡Preparaos para ver playas paradisiacas, animales en libertad, selvas antiquísimas, plantaciones de té, ciudades Patrimonio de la Humanidad, variedad de culturas y religiones, gastronomía espectacular, palacios imposibles y metrópolis ultramodernas, entre otras muchas cosas…!
Aquí está ¡Nuestra ruta de un mes por Malasia, Brunei y Singapur! 🙂
Primeros pasos de la ruta de un mes por Malasia. El estado de Sabah
Desde Hong Kong tomamos un vuelo a Kota Kinabalu, al norte de la isla de Borneo, donde nos reencontramos con parte de la familia que venía de visita desde España ¡el papá de Vane y su mujer venían a disfrutar de unos días con nosotros! Había ganas de reencontrarse, que ya tocaba….
La verdad es que no le hicimos mucho caso a los “highlights” de la ciudad, si es que los tiene. Nos dedicamos a pasear, a tomar algo fresco, a comer alguna especialidad local y a cenar pescado y marisco en el mercado que ponen cerca del muelle. Lo primero que nos sorprendió es que ¡No es fácil ni barato encontrar cervezas en esta ciudad! (bueno, si vas a bares occidentales sí que es fácil, pero que de barato tienen poco), pero hicimos lo que pudimos y más de una cayó.
Desde Kota Kinabalu volamos a Sandakan, con el objetivo de tomar contacto con la naturaleza y animales de Borneo. ¡Estábamos muy ilusionados!
Visitamos el Centro de Recuperación de Orangutanes Sepilok (más info, en www.orangutan.org). Es un centro en el que se trabaja para recuperar animales que han sufrido heridas por caza o han sido objetos de intentos de tráfico ilegal de especies, entre otras, y donde se pueden ver orangutanes en proceso de recuperación, antes de que vuelvan a su vida en el bosque.
A veces nos cuesta pararnos a pensar lo afortunados que somos de poder disfrutar de experiencias como estas, la sobredosis de imágenes con la que convivimos diariamente nos hace normalizar cosas que no son normales. Y entonces es cuando un día, de repente, te paras a pensar en que hay muy pocos sitios en los que poder disfrutar del privilegio de ver orangutanes en libertad, sin que estén encerrados, y tú estás en uno de ellos. ¡Pero qué afortunados, de verdad! (reflexiones que se le ocurren a uno a veces, ea).
También aprovechamos para visitar el Sun Bear Conservation Centre, que es un centro de conservación de osos de anteojos, que también resulta interesante.
Desde allí visitamos el río Kinabatangan, dónde llegamos con un pack contratado que incluía transporte, alojamiento, comidas y tres paseos en barca a ver animales por el río. Pudimos ver un montón de aves, algún pequeño cocodrilo, macacos y monos narigudos, que son lo que más nos llamó la atención. ¡Nunca los habíamos visto!
De regreso a Kota Kinabalu paramos en el Parque Nacional del monte Kinabalu. Queríamos ascender el pico pero lo descartamos, porque te obligan a dormir dentro del parque a precio desproporcionado y a hacer la excursión con guía, y se nos iba de precio. ¡Qué manía con ponerle “puertas” al monte!
Pero dormimos en los alrededores del parque y por la mañana lo visitamos para hacer alguna ruta a pie bien chula. 🙂
Brunéi. Escapada al pequeño sultanato
Brunéi… una microestado gobernado por un poderoso sultán, en el que,entre otras prohibiciones, no esta permitido vender alcohol.
Desde Kota Kinabalu tomamos dos ferrys para llegar a Brunéi, donde pasamos un par de días para captar un poco la esencia de ese pequeño país musulmán.
Y.. ¿Qué hay en Brunéi? Pues sólo conocimos su capital, Bandar Seri Begawan, en la que dimos un paseo en barca que nos acercó al palacio del sultán (bastante de lejos) y a Kampong Ayer, una aldea sobre el agua bastante curiosa. con su mezquita, estación de bomberos, etc.
Visitamos un par de imponentes mezquitas, un hotelazo fruto de los delirios (y desfalcos) del hermano del sultán, un museo donde el sultán tiene un sinfín de regalos que le han hecho otros jefes de estado y toda la parafernalia de su coronación, y recorrimos en bus la distancia que va desde la capital al sur del país para entrar en Miri, de nuevo Malasia.
Es poco tiempo para conocer un país, creemos que valdría la pena alargar la visita y conocer un poco más la vida de sus habitantes, pero no teníamos tiempo -ni dinero (Brunei no es Malasia)- pero al menos nos hicimos un poco a la idea. Por cierto que cenamos en un food market un pescado y unos cangrejos ESPECTACULARES… que sobre todo estos últimos nos dejaron un recuerdo que nos duró el resto del viaje.
Segunda parte de Borneo. El estado Serawak
Salimos de Brunei en bus y, tras hacer transbordo en Miri, un bus nocturno nos dejó por la mañana en Kuching al suroeste de la isla. Valoramos la posibilidad de quedarnos algún día en Miri para poder acercarnos a los alrededores pero, al ir con family que tenían en tiempo más acotado había que elegir.
En Kuching nos quedamos dos noches, aprovechamos para recorrer la “ciudad de los gatos”, como se la conoce, su waterfront, sus barrios indio y chino… y a comer más pescado y más marisco a precios maravillosos y mejor sabor ¡Si vais no os perdáis el Top Food Court por la noche!
Otro día fuimos al Parque Nacional Bako, que nos encantó. Vale mucho la pena, ya desde la llegada en lancha (¡menuda odisea, nos quedamos encallados en la arena con la barca de camino y a Javi le tocó empujar la barca para sacarnos de allí!) hasta las rutas que se pueden hacer allí, pasando por animales que puedes ver y paisajes increíbles. Eso sí, calor… a raudales.
Dos días en Singapur
Volamos desde Kuching a Singapur, donde nos quedaríamos un par de días. Es una ciudad que nos gustó mucho más de lo que esperábamos, y nos pareció que tiene bastante que ofrecer. Es cierto que es mucho más caro todo allí que en su vecina Malasia, pero de verdad que sus barrios indio, chino y árabe, su marina, los famosos “Garden by the bay”, sus zonas más modernas de altos edificios… sus parques, su limpieza… nos gustó. Además, comimos de lujo. Y aprovechamos para visitar dos restaurantes con una Estrella Michelín famosos por ser Buenos y Baratos (lo de Bonitos, ya… no tanto). ¡Estuvo muy bien la experiencia! Un consejo, si queréis visitarlos, id a “deshora”, que a la hora de comer y cenar hay colas interminables. En nuestro caso las 16:30 fue una hora perfecta para probarlos sin hacer cola.
Malasia peninsular, el sur
Desde Singapur tomamos un bus a Melaka, ciudad cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde llegamos una tarde y vimos una ciudad asaltada por grupos de turistas sobre todo chinos. En la ciudad nos dedicamos a callejear y visitar lo más representativo durante dos días. Eso sí, un calor horrible, y unos carritos para llevar a la gente más horribles todavía, con la música a toda leche, iluminados en modo discoteca y ambientados, como nuestro hotel, con peluches de dibujos animados ¿quién da más?
La ciudad es muy interesante, tiene mucho patrimonio, casas y templos para visitar, y un río que se puede recorrer en barco. Por cierto, que escribí un artículo sobre una de sus viviendas tradicionales mejor conservadas en Reharq*, ¡Os lo recomiendo!
La siguiente parada de nuestra ruta de un mes por Malasia fue Kuala Lumpur. Donde nos dedicamos básicamente a disfrutar de nuestro apartamento con “infinity pool” y vistas increíbles, aunque también tuvimos tiempo para visitar la ciudad, Chinatown, algún mercado, por supuesto, las torres Petronas, y las Batu Caves, que recordábamos como una gran hazaña desde que vimos Pekín Exprés y que en realidad es algo sencillísimo, tanto la forma de llegar, como la subida al templo.
Un poquito de playeo
Un bus nocturno nos llevó a Kuala Besut, donde tomamos un barco para ir a las Perhentians, coincidió que eran vacaciones malayas y estaba todo lleno de gente (transportes y alojamientos) pero luego una vez en la isla (nos decantamos por ir a Pulau Besar) fue increíble, unas playas como no habíamos visto nunca, ¡Unos colores! Y además había poquiiiiisima gente en la arena y en el mar, y un snorkel espectacular. Francamente, no sabemos dónde se metía la gente que llenaba las cabañas de la isla. Eso sí, un calorazo… menos mal que pillamos cabaña con aire acondicionado.
Allí nos despedimos de la familia que, desgraciadamente, ya tenían que volverse a España. Estamos muy contentos porque hemos pasado unos días increíbles todos juntos. ¡¡Millones de besos para allá!!
Nosotros nos quedamos un día más a snorkelear, descansar, y recorrer todos los rincones de la isla en minitrekkings. Sin duda disfrutamos un montón las Perhentians… nos quedamos con ganas de más, y eso que nosotros no somos los más playeros del mundo, pero es que tiene unos colores… espectaculares. Otro día hablaremos de la suciedad de algunos rincones de estas islas, y de otros sitios idílicos que hemos visitado.
De vuelta teníamos intención de hacer un par de cambalaches para llegar a Taman Negara, la que se conoce como selva más antigua del mundo, en tren, pero las vacaciones malayas hicieron que no fuera posible llevar a cabo nuestro plan, ¡los trenes estaban llenos hasta 10 días después!, así es que pronto cambiamos de idea y nos fuimos a las Cameron Highlands.
Malasia peninsular, el norte
Se conoce como Cameron Highlands una zona algo más montañosa que el resto del país, con una temperatura bien agradable donde lo más característico son sus plantaciones de té. ¡Viva el tiempo fresco! Casi se me escapa la lagrimilla al tenerme que poner una chaquetita por la noche 🙂
Hay varias rutas para caminar, nosotros hicimos algunas de ellas, subimos un monte que acabamos de barro hasta las orejas, y recorrimos las plantaciones de té, probando algunas de las variedades locales, probamos algún batido de fresa en una de las decenas de pequeños viveros de la zona y seguimos recorriendo plantaciones de té. Eso sí, prepárate para estar rodeado de turistas… ¡malayos! Les encanta esa zona y está bastante cerca de Kuala Lumpur, por lo que en vacaciones o fines de semana está hasta arriba y se montan unos atascos de horas (sin exagerar) para salir de la zona. Lo bueno es que hay mucha oferta de todo y lo mejor aún es que te puedes mover por libre sin problemas, incluso hacer autostop, son muuuy majos.
Nuestra última parada en nuestra ruta de un mes por Malasia sería Penang, al norte. Se trata de una isla donde su ciudad principal es Georgetown que nos gusto un montón. Es famosa por su arte urbano, que puedes encontrar casi en cada esquina del centro histórico (es súper entretenido ir buscando murales mientras callejeas), y además su ciudad histórica también es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Tiene templos bastante interesantes, mercados baratos, es muy multicultural, pero es que además… se come de lujo. Muy muy bien, en serio. Venga va, os contamos algo malo de Penang, para que veáis que no ocultamos la realidad ;P Por la noche, campando por la calle… hay ratas del tamaño de dos palmos, en serio… qué shock el primer día que las vimos… luego ya, te medio acostumbras.
Aquí nos separamos por unos días, pues Javi se fue una semana a España por un tema de trabajo y yo (Vane) me quedé aquí, esperando a mi hermano y su mujer, que se venían de Viaje de novios a visitarnos ¡Nada de luna de miel de a dos! Qué mejor que compartir un viaje tan especial con tu hermana (o cuñada) ¿Verdad?
Como veis, ¡no se puede pedir más! Con ellos compartí unos días más en Georgetown antes de seguir camino a Tailandia, siguiente parada de nuestra vuelta al mundo.
Al final, nuestra ruta de un mes por Malasia dio para estas cosas, pero si tienes más tiempo… no dudes en quedarte más. Pulau Kapas y Taman Negara quedan en nuestra lista de cosas pendientes para la próxima 🙂
Malasia es un país que nos ha gustado mucho. Multicultural (MUY multicultural), tranquilo, seguro, no súper explotado turísticamente hablando, y en el que se come genial. ¡Nos has encantado, Malasia!
Volveremos a visitarte
Papá says
¡¡ Ay!!, ¿ Qué decir de este tramo de viaje, que compartimos con vosotros ?. El relato me sabe a poco, pues recuerdo tantos momentos que me gustaría revivirlos en él, pero en este caso tengo la vivencia y no he de imaginar nada, sólo recordarlo.
Hay detalles más grabados que otros y muchas anécdotas. Kota Kinabalu donde descubrimos que allí también se comía pescado y marisco a la brasa. Sandakan (¡que nombre!) y el taxi para llegar a Sepilok y los orangutanes. Kinabatangan los monos narigudos, el alojamiento y los paseos en barca, por la tarde, noche y madrugada. Parque Nacional Kinabalu y la primera rutita por la “selva” y el desayuno de noddles y huevo frito. Brunei con el paseo en barca y el mosqueo del cambio, para después de mojarnos con una gran tormenta terminar disfrutando con cangrejos y pescado.
La estación de autobuses de Miri y la parada a medianoche con los “bichos” enjaulados, La llegada a Kuching y la risa con el precio del billete del bus local y el mosqueo de Javi. la lavandería, las cenas de pescado y marisco otra vez. El parque nacional de Bako con el encallamiento de la barca y la mi “casi” deshidratación en la ruta.
Singapur, con sus bonitos barrios, nuestro primer apartamento, el precioso skyline y sus Super Trees, jardines verticales, el cotapelos de 5€. Melaka los tuctuc decorados y musicales, la cena india de Javi, la visita al patrimonio de la humanidad centrada en aquella casa, con aquel señor tan amable.
Kuala Lumpur, el moderno apartamento, la piscina infinita, las Torres Petronas al frente, la visita a las Batu Caves y sus “bordes” y simpáticos monos, el viaje a las Perhentians, la playa la ruta selvática a otras playas, la cena de despedida, (otra vez pescado y marisco) y el regreso, triste porque se terminó la aventura y alegre por haber tenido la posibilidad de estar allí y vivir todo aquello con vosotros.
Luego la envidia de nuevo cuando vemos las fotos de los campos de te y las de Penang. ¡¡ También queríamos estar allí !!
En fin una delicia, que siempre recordaré, por la experiencia que sin vosotros no habríamos vivido, gracias por esta oportunidad aprovechada.
Y como siempre recordar que aquí hay gente que os quiere muuuuuuuuuuchooooooooooo
BuscandoaCochet says
¡Si es que eres un auténtico experto en Malasia! Nos alegramos mucho de haber tenido la ocasión de disfrutar con vosotros de esta experiencia… ¡Y nos damos cuenta de que te acuerdas tú de más cosas que nosotros! ¡Deberías escribir un blog! jajajaja
Nos ha encantado este comentario-minipost, de la ruta completa. ¿Verdad que Malasia es un destino más que recomendable?
Somos muy felices por haber disfrutado con vosotros de esta etapa del viaje y estamos encantados de haberos sacado de vuestra zona de confort para descubrir un país que nunca hubierais imaginado.
Mil besos… ¡Os queremos!