Si me preguntan hace un par de años qué sé de Camboya habría salvado los muebles hablando de Angkor Wat y poco más. De hecho, cuando empezamos nuestra vuelta al mundo estuvimos leyendo algunos blogs y lo que más se me quedó, aparte de los templos, fue conocer las corruptelas de la frontera entre Laos y Camboya… durante más de un año tenía paranoias con cruzar esa frontera…
Y sí, nos tocó cruzar esa frontera en el viaje (bueno, hablando con propiedad, ME tocó) pero esto os lo cuento otro día que da para un post por sí solo.
A lo que vamos. Que hoy os queremos contar nuestra ruta por Camboya en 15 días. La verdad, yo me hubiera quedado algún día más, porque hubo una zona del norte del país que se nos quedó en el tintero… pero, al igual que nos pasó en Sudamérica, donde en los primeros países que visitamos estuvimos tres meses y luego nos tocó acelerar el ritmo, aquí nos quedábamos sin días ya que teníamos los billetes comprados para el próximo vuelo transoceánico.
Desde Laos hasta Siem Reap
Camboya nos ha sorprendido para bien. Sabemos que no es un destino muy muy popular más allá de los consabidos templos de Angkor, no es que sea el país más atractivo del Sudeste Asiático, pero creednos si os decimos que tiene mucho más que templos. Nosotros entramos a Camboya por el norte, desde Laos, por tierra. Y nuestra primera parada fue el templo de Preah Vihear.
Es un templo muy interesante, Patrimonio Mundial por la UNESCO, que se encuentra en la zona fronteriza entre Tailandia y Camboya y es conocido también por haber sido motivo de disputa por ambos países durante mucho tiempo. Se tarda un par de horas en llegar desde la frontera, y no hay transporte directo. No está muy a mano y yo llegué haciendo autostop, por lo que, debo confesar, que no sé cual es la mejor forma para ir en otro tipo de transporte.
Rumbo a Angkor Wat pasé un día visitando un par de templos menos famosos pero también bastante interesantes. Comenzando por Koh Ker, que se caracteriza por tener una pirámide que recuerda mucho a las que se pueden ver en México (también llegué haciendo autostop) y Beng Mealea (este pilla bastante cerca de Siem Reap, por lo que suele estar bastante más concurrido. Hay decenas de templos más, pero estos son bastante singulares, están “de camino” a Siem Reap desde la frontera con Laos y son menos turísticos que Angkor.
Siem Reap y Angkor
En Siem Reap, donde me encontré de nuevo con Javi, pasamos tres días. Aprovechamos, cómo no, para recorrer toda la zona de los templos de Angkor en bici. Dos cosas a tener en cuenta si os animáis a hacerlo así… la primera es que hace mucho calor, en serio. Protección y agua VITAL. Y la segunda es que ahora las entradas se compran en el museo, por lo que no hagáis el canelo de ir directos al recinto sin entrada, porque os pasará como a nosotros y os tocará pedalear hasta el lugar de venta de entradas. Hay entradas para un día, tres o una semana, y al sacártela te hacen una foto in situ. Si te gustan los templos hay taaanto que ver que un día se te quedará corto.
La ciudad de Siem Reap, al menos el centro, nos pareció algo extremadamente turístico, demasiado. Menos mal que hay alojamientos estupendos y baratos con piscina para que se te pasen los agobios 😉
Battambang
Después de disfrutar viendo templos y más templos nos fuimos unos días a Battambang. Es una ciudad tranquilita, pero para pasar un par de días está muy bien. Tiene templos chulos, un mercado interesante, una cueva de la que salen nosecuantos mil murciélagos al atardecer… en serio, algo espectacular, y se come de lujo. Allí nos dimos un capricho gastronómico que nos sentó de maravilla. Se puede ir en bus o en barco desde Siem Reap. Conocimos a una pareja que lo hizo en barco y, aunque suena genial, no les gustó mucho, decían que era incómodo y que además el lugar donde te dejaba el barco estaba a 20km de la ciudad. Ah! Se me olvidaba que Battambang es la sede de “Phare Ponleu Selpak”, un circo (sin animales) que funciona como herramienta de inclusión social. Se puede ir a ver como funciona la ONG por 5 USD. ¡Ojo, que hay horas concretas para poder hacer estas visitas guiadas! A nosotros nadie era capaz de explicarnos los horarios, así es que nos plantamos con unas bicis en la puerta del circo a preguntar.
Phnom Pen
Una minivan nos llevó a Phnom Penh y aunque en un principio no nos hizo demasiada gracia la ciudad, y fue el lugar donde menos seguros nos sentimos de toda Camboya, nos parece una parada obligada para aprender más del régimen de los Jemeres rojos. Visitar el Choeung Ek Memorial y la cárcel Tuol Sleng sobrecoge, pero no deja de ser algo que recomendamos al 100%. También se puede visitar el Gran Palacio, pasear por las riberas del río, o visitar el mercado central y el mercado ruso. Nosotros alquilamos bicis para todo esto pero sinceramente creemos que no es muy buena opción, pues el tráfico en la capital es horroroso.
Para salir de la capital lo hicimos… ¡en tren! Hacía poco tiempo que se el tren estaba operativo, así es que nos enteramos y… ¡Allá que fuimos! ¡Con lo que nos gustan los trenes a nosotros!
Un poco de playa… Koh Rong Sanloem
El destino elegido era Sihanoukville, con el único objetivo de pillar un Ferry que nos llevara a Koh rong Sanloem, una pequeña isla cercana donde habíamos leido que había unas playas de infarto. Y así era. Pasamos una noche en Sihanoukville y tres en Koh Rong Saloem.
En esa zona de Camboya hay dos islas que se suelen visitar , Koh Rong y Koh Rong Sanloem. La segunda es más pequeñita y tiene una pequeña población que hizo que nos decantaramos por ella. Al llegar nos llevamos una desilusión absoluta, estaba todo en obras y no había ni rastro de las playas que esperábamos encontrar, pero se nos pasó pronto. Encontramos alojamiento decente, buena comida y playas como Clearwater Bay donde estábamos prácticamente sólos. Un día tomamos un barco-taxi que nos llevó a la zona de gran playa de arena blanca (ahí es donde están la mayoría de los alojamientos) y Lazy beach, una playa preciosa mucho más salvaje. Como fin de fiesta pudimos disfrutar de un baño nocturno viendo el Plancton bioluminiscente. ¡Fue un acierto visitar Koh rong Sanloem!
Última etapa. Kampot y Kep
Volvimos a tierra firme para visitar Kampot, una tranquila ciudad con edificaciones coloniales chulas, mercados de lo más auténtico, un tranquilo río y unos alrededores con encanto que nos gustó recorrer en moto. Primero el Bokor National Park, que es una montaña a la que accedimos en moto… una visita de la que esperabamos algo más, la verdad. Están construyendo un macro casino y uno de los edificios abandonados que queríamos visitar está cerrado por obras. Aún así un entretenido paseo en moto. La otra que recorrimos en moto es la de las salinas, una zona muy muy rural que nos regaló momentos divertidos y entrañables. ¡Teníais que ver como disfrutaban los niños de la zona haciendo el loco con los charcos!
Nuestra ruta por Camboya acabó en Kep, donde pasamos un par de días de relax conociendo su parque natural y disfrutando de la estrella de la zona ¡los cangrejos! Podemos decir sin miedo a equivocarnos que en en el mercado de Kep comimos los mejores cangrejos que hemos probado en nuestra vida. Además, es interesante visitar el mercado, ver a la gente cocinar in situ… ¡Una buena experiencia!
Desde Kep, haciendo autostop, llegamos a la frontera con Vietnam, que cruzamos sin ningún problema para dirigirnos a nuestro siguiente destino. Pero eso ya, es cosa de otro post.
Como os decíamos al principio nos quedó alguna zona de Camboya por conocer, pero el tiempo pasa rápido y tampoco queríamos correr así es que… ¡lo dejamos para la próxima!
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