Da igual que hayas visto algunos vídeos o decenas de fotos. Da igual que lo hayas visto en internet o en un documental, que te lo haya contado un amigo, que lo hayas leído en alguna revista, guía de viajes o en un blog. Nada es comparable con la sensación de vivirlo en directo. Las cataratas de Iguazú impresionan. Impresionan de una forma sobrecogedora. Te atrapan, te cautivan, te embelesan… El tiempo se detiene cuando escuchas el agua rugir y ves el imparable caudal que se desploma desde lo alto a lo largo de varios km de cataratas.
Pero no adelantemos acontecimientos, volvamos a donde nos habíamos quedado… estábamos en el autobús rumbo a Foz do Iguazú donde llegamos con una hora y media de retraso. Menos mal que nos habían avisado de que los autobuses en Brasil no son muy muy puntuales…
Nos recibió una mañana lluviosa, que será la tónica general en todos los días que pasemos en la zona. Tras llegar a casa de Walter, nuestro anfitrión en Foz do Iguazú y pasar unas horas conversando con él y aprendiendo cosas de la vida en Brasil mientras saciamos su interés por saber cosas de España y de nosotros, salimos a la calle. Para Walter, Foz do Iguazú, su ciudad, tiene cinco atractivos relevantes: Las cataratas, el parque de pájaros, la presa de Itaipú, el templo budista y el hito de las tres Fronteras.
Nos recomienda sobre todo la presa (además de las cataratas) así es que allá vamos en bus de línea (muy curioso el sistema de autobuses de Foz, tomas un bus que te deja en la terminal, desde donde parten autobuses en todas las direcciones, y desde la propia terminal cambias al que te interese sin pagar de nuevo. Es una especie de trasbordo que solo sirve dentro de la terminal –que está vallada- Si llegas a la terminal andando tienes que pagar para entrar en el recinto lo equivalente a un billete y listo!).
Itaipú es un complejo de muy grandes dimensiones que realiza distintos tipos de visitas turísticas. Se trata de una empresa binacional (Paraguay y Brasil) y es la segunda presa más grande del mundo después de la “tres gorges” en China. Con una potencia instalada de 14.000 MW. Las dimensiones son descomunales, y aquí se produce el 75% de la energía eléctrica de Paraguay y el 15% de la de Brasil. Hicimos un tour de un par de horas que empieza con un video contando las bondades del proyecto, luego un paseo en bus por las instalaciones con una parada en un mirador hacia los vertederos de agua, otra en un mirador sobre toda la presa y la última en un embarcadero que tiene menos interés. Se pasa al lado uruguayo, pues la presa está construida mitad en Brasil y mitad en Paraguay (rio Paraná). La cantidad de datos que aportaron son abrumadores (Como anécdota nos cuentan que la cantidad de hormigón que se empleó para su construcción daría para construir 210 veces el estadio de Maracaná)
No podemos dejar de pensar en qué habría aquí antes de que construyeran esta mega-presa… lógicamente en la visita sólo te cuentan las cosas buenas del proyecto, y el único brasileño que nos ha hablado de esto es Walter, cuyos hermanos trabajaron en la presa durante la construcción y lo ve como una gran beneficio para la ciudad de Foz, que ha crecido y se ha desarrollado, en parte, gracias a la presa. Seguro que sus bondades tiene, pero, como en todo, no es suficiente conocer solo una “versión”. Basta interesarse un poco para saber que antes de que se construyera la presa, en esa zona existían los Saltos de Guairá, la mayor cascada del río Paraná hasta 1982. Según hemos leído “era un fenómeno natural que se producía al encontrarse un río de 381 metros de ancho, con un cañón de apenas 61 metros. El mayor de los saltos, tenía una altura de 40 metros, nada menos. Y todo, en medio de una naturaleza exuberante” más info aquí
Al regresar de la presa vamos directos a casa para tener tiempo de ir al supermercado y comprar algo, ya que queremos preparar la cena a la familia de Walter. Tras cambiar una rueda pinchada de su coche y pasar por el súper, preparamos una tortilla de patatas y un poco de salmorejo, con alguna que otra dificultad… menos mal que al final, Javi, que es un profesional, venció a los utensilios de cocina y consiguió hacer una tortilla muy pero que muy digna (y buenísima).
A la mañana siguiente nos dirigimos, de nuevo en bus de línea, a las cataratas. Equipados con los chubasqueros de montaña “por si acaso” nos plantamos en el Parque Nacional de Iguazú, que tiene una superficie de 67.720 Ha, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984.
El día no acompañó mucho, y nos mojamos bastante teniendo incluso que comprar un chubasquero de plástico a pesar de llevar los nuestros de montaña, para evitar que las mochilas de día acabaran empapadas. Por dentro del parque se circula en un autobús que tiene en total 4 paradas, del que puedes subir y bajar cuantas veces quieras. Las dos primeras paradas te llevan a circuitos de pago (se nos salían demasiado de presupuesto) y la tercera da acceso directo a un camino desde el cual se comienza a vislumbrar el espectáculo de las cataratas a lo lejos mientras te vas acercando hacia la garganta del Diablo. Todo el camino lo hicimos bajo la lluvia, lo que lo deslució un poco, pero aun así estábamos impresionados por la magnitud de las cascadas.
La vista panorámica es algo indescriptible y al final de este camino se llega a unas pasarelas que te acercan a la Garganta del Diablo, que es donde, los días que no llueve, la gente se moja del agua que salpican las cascadas. Nosotros ya vamos empapados así es que nos da un poco igual. Finalmente distintos miradores a varias alturas te permiten acercarte al máximo a una de las grandes cascadas. El estruendo y la caída de agua son espectaculares.
El autobús de vuelta se toma en lo que sería la cuarta parada del circuito de buses, donde hay un autoservicio, un espacio para comer, aseos etc. Nosotros decidimos regresar por donde habíamos venido, caminando, observando esta maravilla de la naturaleza una vez más y aprovechando que había parado de llover. Antes de retornar tomamos unos bocatas que nos habíamos llevado mientras observábamos varios coatis que no dejaban de rondar la zona de comidas hasta que terminaron por subirse a una mesa y robarle una hamburguesa a un señor ante la perpleja mirada de toda la familia.
Ya de vuelta a Foz tomamos una cervecita en un local llamado A Capitao (muy de moda) mientras recordábamos el día, cenamos, y rumbo a casa en bus, no sin esperar un buen rato, que como era domingo circulaban pocos.
Al día siguiente nos despedimos de Walter y cruzamos la frontera rumbo a Puerto Iguazú, un trámite algo lento en el lado brasileño y más rápido en el argentino. Para ello tomamos un bus internacional en el lateral de la terminal central de buses que nos llevó a la frontera brasileña. Al llegar te bajas a hacer los trámites y te dan un ticket para que te puedas subir sin pagar de nuevo en el bus siguiente una vez has terminado. Un nuevo bus te lleva a la frontera Argentina y esta vez espera a que todos los pasajeros pasen el control. Este bus te deja directamente en la terminal de Puerto Iguazú.
Tras buscar un poco y comprobar que los precios son más elevados de lo que esperábamos encontramos un lugar básico, tranquilo y sencillo con habitación doble con baño, wifi y desayuno (La esquina del bambú) . Ese día lo dedicamos a conocer el pueblo, pasamos por la oficina de turismo donde nos invitan a nuestro primer mate (dulce), y nos acercamos al hito de las tres fronteras, desde donde puedes observar el cruce de los ríos Iguazú y Paraná, que separan los territorios de Argentina, Brasil y Paraguay y los hitos de cada uno de estos países. Cenamos en la Feirinha, donde encontramos un puestecito para sentarse a tomar algo “con los de allí” y a dormir.
El día siguiente lo dedicamos a las cataratas desde el lado argentino… aún más impresionante si cabe… con decir que a mí (Vane) se me saltaron las lágrimas…
Amaneció lloviendo y nos preparamos para pasar el día bajo el agua, pero la cosa mejoró en cuanto llegamos a la terminal. Un autobús que pasa cada 20min te deja en la entrada de las cataratas y tras comprar las entradas y hacernos con un mapa… ¡Para adentro! Nos animamos a contratar el “paseo” en barca (se nos iba un poco de presupuesto, pero tenemos muchísima suerte ya que nuestros amigos, antes de salir, nos regalaron un montón de experiencias extras para todo el viaje, así es que esta fue una de ellas).
Comenzamos el paseo por el circuito superior… Son unas pasarelas metálicas que van pasando por pequeños saltos, cascadas vistas desde arriba, mientras te mueves entre abundante vegetación. De ahí proseguimos por el circuito inferior, desde donde ya sientes el agua muy próxima, y te mojas (si quieres) alguna que otra vez. La verdad es que es todo precioso, por las lluvias hay un montón de agua y realmente no sabes a donde mirar. Las fotos, como muchas veces pasa en estos casos, no le hacen justicia a la realidad.
Tras recorrer el sendero inferior subimos en un gomón, que es como les llaman a los barquitos que te adentran en las propias caídas de agua. Literal, tras un paseo tranquilo para hacer las fotos de rigor te meten de pleno debajo de las cascadas hasta tres veces. Se acaba absolutamente empapado. De arriba abajo. Sin excepción. Nos reímos un montón. No es que se vean mejor las cascadas desde abajo, es que las sientes en toda su magnitud. Tras “secarnos” un poco seguimos ruta.
Debido a las abundantes lluvias el paso a la Isla de San Martín está cerrado. También está cerrado el Sendero Macuco, que teníamos ganas de hacer, y el camino que sube a la garganta del diablo. Por suerte, para esto último hay un trenecito que te lleva desde la Estación “Cataratas” a la estación “Garganta del diablo”.
Al bajar del tren comienzas a pasear por otras pasarelas sobre las aguas bien tranquilas, que no permiten hacerse una remota idea de lo que vas a encontrar al final de las mismas. Se ven restos de antiguas pasarelas que tal vez se destruyeron por alguna crecida… un montón de gente al fondo, y de repente llegas.
No sabemos calcular los m3 de agua que había allí, pero realmente era algo estremecedor, sentir el rugir del agua, quedarse mirando fijamente y sentir que se detiene el tiempo, es algo absolutamente espectacular. No importa la cantidad de gente que haya alrededor intentando sacarse la mejor foto, para nosotros se paralizó todo. Nos quedamos embobados mirando fijamente la incesante caída de agua… En un determinado momento nos miramos entre nosotros y sonreímos con complicidad al sentirnos extremadamente afortunados de poder disfrutar de algo así. Es una auténtica maravilla que todo el que pueda tendría que venir a ver.
Al regresar al trenecito pudimos leer en un atril una poesía de Alfonso Ricciutto de la que os dejamos un trozo:
“Permite que tu alma sea saciada
con la belleza impar de este paisaje
que aunque el mundo recorras en tus viajes
nunca podrás hallar, como esto, nada”
Hemos pasado todo el día en la zona y andado unos 15km y cuando nos vamos es casi la hora del cierre. Hay gente que hace en el día las dos zonas, brasileña y argentina, pero la verdad, salvo que se tenga mucha prisa, pensamos que una vez llegas aquí es mucho mejor disfrutar esto con tranquilidad… obviamente ¡esa es solo nuestra opinión!
¡Por cierto que vimos una mariposa 88! ¡Nos resultó algo supercurioso!
Tras cenar en el hotel algo de pasta fresca y una ensalada, de un sitio para llevar que se llama la Mamma en pleno centro de Puerto Iguazú nos vamos a dormir. Han sido unos días muy intensos en la zona, hemos disfrutado un montón, y nos parece algo muy recomendable. Toca movernos un poco hacia el sur, pero eso ya os lo contaremos en el siguiente post.
¡Besos!
Papa says
Leer esto a solas, te permite dejar rienda suelta a las emociones que desata, gracias por trasmitir las emociones de esa forma tan real. Seguir disfrutando y contando, muchos besos
BuscandoaCochet says
Gracias a ti por estar siempre al otro lado. 🙂
Un beso enorme
Pili Pons says
Sólo puedo decir…¡uuaaauuuu! Espectacular todo lo que contáis…Vane has conseguido que me emocione un poquito con tu narración!!!
Tiene que ser sobrecogedor. Me encanta leeros y saber de vuestra experiencia. Besicos desde el otro lado del charco, os queremos!!! Muaks!♡
BuscandoaCochet says
¡Muchas gracias Pili!
¡Nos encanta que os guste! Motiva para seguir escribiendo. La verdad es que lo de las cataratas fue indescriptible.
Nosotros también os queremos! ¡Besos!
Bego says
Conseguís que lo vivamos a través de vuestro relato. -¡Gracias por compartir esta experiencia con nosotros!
Mil besos y a seguir disfrutando
BuscandoaCochet says
Esa es la intención. ¡Gracias y besitos!
Sara G says
Guau! Gracias por hacernos viajar un poquito desde casa con cada post!
BuscandoaCochet says
¡Nos encanta viajar tan bien acompañados! Besos
Ana Mari says
Tendremos que ir. Ya he disfrutado hon vuestras descripciones. Un abrazo y esperando el próximo.
BuscandoaCochet says
¡Gracias Ana Mari!
Os seguiremos contando, ¡claro que si!
Besos
RICARDO says
Hola, qué recuerdos…he tenido la suerte en mi vida de estar allí numerosas veces….en epoca seca y húmeda…con más agua y menos agua…y siempre era diferente…..especialmente la parte argentina….son unos países encantadores y que dejan una huella profunda…por sus gentes…lo sé de buena tinta…seguir aprovechando al máximo…Mua
BuscandoaCochet says
¡Qué afortunado, Ricardo! Nosotros sólo una (por ahora… jejeje, ¡nunca se sabe!) pero seguimos impresionados.
Descuida que seguiremos disfrutando (y contándolo) ¡Un abrazo!
Raúl González says
Gracias!!!!
Hace ya dos meses que estaba allí y hoy me vuelvo a trasladar a ese lugar que, como muy bien cuenta Vane, te hace sentir lo pequeño que somos, lo enorme que es la naturaleza y la fuerza que puede tener nuestro planeta.
No para aguar la fiesta (nunca mejor dicho lo de aguar), y después de dedicar 3 días! a las catratas (realmente lo merecieron), descubrí una foto que me dejó impactado y que me gustaría compartir con vosotros. No es la misma foto que vi pero googleando he encontrado varias y es esta esta… (no se consigue pegar la foto así que dejo un link…):
http://www.taringa.net/posts/offtopic/14682086/Asi-dejo-la-sequia-a-las-Cataratas-de-Iguazu.html
Se trata de diversas grandes sequías que han sufrido las cataratas… Unas imágenes un poco triste que sirven para darnos cuenta del cuidado que tenemos que tener por nuestro planeta.
Un beso!
BuscandoaCochet says
¡Madre mia! Nunca habíamos visto imágenes de las cataratas así… Con toda el agua que tenían ahora estremecen esas imágenes. Efectivamente, hay que seguir creando conciencia de lo necesario que es cuidar el planeta. ¡Muchas gracias por compartir esa info! ¡Abrazos!
JR says
A eso lo llamo yo empaparse de la cultura y del entorno!! 😛
Muy evocador el relato, un fuerte abrazo.
JR
Javi Lorente says
Jajajaja! ¿Y porqué no habíamos visto este comentario hasta ahora? No sé, en cualquier caso gracias mil y un abrazo enorme de vuelta!!!
Itziar says
Preciosooooo!!
No me estraña que se te saltaran las lágrimas!!! Tenéis que estar disfrutando muchísimo!!!
BuscandoaCochet says
La verdad es que es espectacular…
¡Estamos disfrutando un montón!
Reme says
Ufff, que plorera!!! Pero de emoción!! Y que ganas de ver esa maravilla de la naturaleza.
Os quiero muchooooo😍😍😍😍😍