Nuestra siguiente parada en Laos, después de los días por el río Nam Ou, fue la encantadora ciudad de Luang Prabang. Para muchos, es la ciudad más conocida de Laos. Se considera en cierto modo un “oasis” de occidentalidad en el corazón de Asia.
Su centro histórico, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con calles coloniales, edificios afrancesados y decenas de templos, así como la presencia del Mekong, que se desliza hacia el Sur a su paso por la ciudad, hacen de Luang Prabang un lugar muy especial.
No vamos a decir que todo es maravilloso en Luang Prabang. Es un destino bastante turístico y como tal, tiendas, restaurantes, guesthouse y agencias de viajes copan en centro histórico, desplazando, en ocasiones, a los antiguos habitantes de la zona a otros puntos de la cuidad más alejados. ¿gentrificación? ¿”turistificación”?. En cualquier caso Luang Prabang tiene la suerte de estar en Laos, que no es, ni de lejos, el país más turístico del mundo así es que, tranquilos los que temen las masificaciones, esto no es Praga o Venecia.
Nos quedamos cinco días en Luang Prabang, y cundieron bastante. Como aprovechamos también para trabajar un poco, tuvimos tiempos muertos, así es que vamos a contaros lo que hicimos en un post de eso de “listas”, para que no quede muy desordenado… ahí va:
20 cosas que hacer en Luang Prabang
1 Acudir a la ceremonia de entrega de limosnas
Todos los días, a eso de las 5:30 de la mañana los monjes budistas salen de sus monasterios a recibir las donaciones de los devotos, arroz y poco más, lo que se supone que será su alimento para todo ese día.
Esto no ocurre únicamente en Luang Prabang, lo hemos visto en otros lugares de Tailandia o Myanmar pero, por algún motivo, aquí se ha hecho más famosa que en otros lugares.
Se conoce como Tak Bat, y se trata de una ceremonia religiosa que, en el centro de la ciudad, se ha convertido en algo turístico. Posiblemente se deba en el centro hay una buena concentración del templos. Esto hace que por la calle principal desfilen a diario decenas de monjes, creando una estampa llena de misticismo para algunos, y exótica para otros. Nosotros vimos furgonetas que llevaban a los turistas al final de la calle, donde varias vendedoras habían colocado pequeñas sillas para que la gente que comprase sus productos se sentase a esperar el paso de los monjes. Desde luego resulta fotogénico, pero también poco auténtico. En nuestra opinión, vale la pena apartarse a la calle de atrás, o a alguna de las callejuelas secundarias, o más alejadas, donde podrás disfrutar de la ceremonia con más calma y respirarás un ambiente más religioso.
En muchos de los templos de la ciudad hay carteles explicando cierto “código de conducta” para evitar que se desvirtúe la ceremonia. Todo lo que pone parece de sentido común, pero si se han molestado en incidir en ello, será por algo.

2. Disfrutar de una puesta de sol al borde del Mekong
La ciudad de Luang Prabang está bañada por el famoso río Mekong y en el paseo que da al río hay decenas de restaurantes donde tomarte una cerveza barata (poco más de 1€) con vistas al río mientras el sol se pone. También puedes sentarte en alguna de las escaleras que baja a los pequeños embarcaderos, y disfrutar del momento gratis. Otra opción es pillar una barca y disfrutar del propio río mientras atardece. Siempre hay barqueros ofreciéndote un paseo por las aguas color chocolate para disfrutar de las vistas y el paisaje. Vale la pena aunque sea temporada de lluvias y no luzca un sol espléndido.

3. Visitar las cascadas de Kuang Si
Es un sitio fantástico que recomendamos sin duda. El paisaje, el color del agua y el baño refrescante que te puedes dar hace que los 30km de camino en tuc tuc valgan la pena. Se pueden alquilar motos, ir con un tour o negociar directamente con los conductores que se ponen al lado del mercado. Los tuc tuc en grupo no salen caros, pero tienen el inconveniente de que salen todos a partir de las 10, lo cual quiere decir que cuando llegues ya va a haber gente por allí (bastante gente). Nosotros negociamos lo que pudimos y al final fuimos por 50000kips cada uno a eso de las 8:30.Tuvimos la suerte de que había dos chinas perdidas por ahí que querían ir temprano y nos juntamos. Como os decimos, más tarde es posible regatear un poco más.
Al llegar puedes visitar un centro de recuperación de osos luna, que no lo sabíamos, pero resulta que los cazan furtivamente para conseguir su bilis. En este lugar los rescatan para evitar que mueran en manos de cazadores.
Después se recorren las sucesiones de pozas y caídas de agua hasta llegar a los pies de la cascada más grande. El recorrido es muy chulo, y el agua está buenísima. Hay un puentecito en la parte final, y desde ahí se puede subir a la parte de arriba de la caída. Está resbaladizo pero no es demasiado difícil. Nosotros hicimos la ruta completa y nos dimos un buen baño y estuvimos un par de horas. Cuando nos íbamos a ir, a eso de las 11:30 de la mañana, había bastante mas gente y no paraban de llegar coches, buses y tuc tucs,

4. Cenar una barbacoa laosiana.
Lo puedes hacer al borde del río también, hay un bufé libre que suele estar muy animado. También puedes probarlo en otros restaurantes, nosotros nos animamos en Sabaidee, donde por menos de 5€ había barbacoa para dos. Es el mismo estilo de barbacoa que se puede tomar en Tailandia o Camboya… un recipiente al que se pone caldo en el “aro perimetral” y se mete ahí la verdura, noodle y un huevo para que se cueza mientras en la parte central del recipiente vas cocinando la carne “a la brasa”. ¡Está bueno y es muy intretenido!
5. Visitar el mercado nocturno:
Es el típico mercado nocturno con puestos de souvenirs y también comida, se regatea bastante y los precios que puedes conseguir no son nada malos. También hay puestos de comida. Triunfan mucho los de bocadillos, batidos y unos bufé libre vegetariano que por menos de 2€ te pones un mix de lo que tú quieras que está expuesto para que elijas. La verdad, esto último nos lo saltamos. Lo fuimos dejando, y al final se nos pasó, pero nos dejamos caer un par de noches por el mercado y estaba de lo más animado.
6. Pasar por la librería Big brother mouse a las 17h:
Podréis echar una mano con el inglés a los niños que todas las tardes se dan cita allí, para aprender de la mano de los guiris que nos dejamos caer por allí. Se pasa un buen rato, conoces a gente local y echas una mano. Un consejo: por lo que pudimos hablar con los más mayores de los que estaban por allí, parece que se “estancan” un poco en el aprendizaje, todos los días van extranjeros de paso y todos los días repiten lo mismo. Hablar de los estudios, de la familia, de donde viven… Si vais a pasar por allí os recomendamos que penséis algo diferente para proponerles para que sean más productivas esas dos horas. No se, inventar una historia de algún tema, describir una foto… algo que les haga avanzar. Os lo agradecerán 😉
La cita es a las 17h (o 5pm, como dicen por aquí) a diario. Podéis consultar AQUI la web de la librería.

7. Visitar el palacio Real:
Tiene un bonito jardín alrededor de entrada gratuita, pero vale la pena pagar los 30.000 kips que vale para entrar a ver el salón de trono… es una pasada. Paredes de un intenso color rojo con decoración a base de cristales de colores muy llamativos. Contrasta un montón con las demás estancias del palacio, mucho más austeras pero con detalles chulos. Está todo muy bien conservado (es bastante reciente). Además puedes ir al garaje y ver los coches reales… ¡está bien la visita!
8. Cruzar alguno de sus puentes de bambú.
Cada año construyen un par de puentecitos de bambú para salvar el río Nam Khane que, por lo que los dijeron, no duran todo el año (se los lleva la corriente). Así es que año tras año los vuelven a construir y por eso (dicen) hay que pagar para cruzarlos. Si no madrugas mucho te cobran algo para cruzar (5000 o 10000 kips, depende del que cruces… cuando fuimos había dos puentes construidos). Está bien cruzarlos y pasear por el otro lado del río. Es una zona menos turística que el centro, es más fácil ver escenas cotidianas de los habitantes de la ciudad. Además hay algún restaurante con buena fama por la zona.

9. Subir la colina Phousi
Además de hacer algo de ejercicio puedes disfrutar de las fantásticas vistas de la cuidad y el río desde lo alto. Además puedes entretenerte por el camino viendo esculturas y pequeños templitos. En la parte superior se visita el templo Wat Chomsi, pero lo mejor, de lejos, son las vistas. Con el calor que suele hacer por allí mejor si vas bien temprano o por la tarde, nosotros nos acercamos a las 6:30 de la mañana y ademas de que pudimos disfrutar de templo casi solos no habían llegado los cobradores 😉

10. Comerse unas buenas baguettes de paté (o pa-té)
Hay puestos en todas las esquinas, y las venden en muchos restaurantes. También son la estrella en el mercado nocturno (siempre algo más caro). ¡Lo más parecido a un bocadillo que hemos comido en mucho tiempo! Aunque no tiene nada que ver con el paté que os puede venir a la mente. Carne, pepinillos, cilantro, varias salsas y alguna cosa que no supimos distinguir hacen de este “bocata” algo que hay que probar sí o sí. Nosotros nos quedamos con una señora con mesita de camping que vendía las baguettes a 10.000 kips bien completas en Kitsalat Road, delante de un hotelillo llamado Amantaka.

11. Disfrutar de alguna de las cafeterías de la ciudad.
Si vienes directo desde Europa no lo echarás de menos, pero si llevas meses viajando por el sudeste asiático es posible que te apetezca un buen café o un croissant o cualquier otra pieza de bollería. Sí, la herencia francesa se hace presente también en las cafeterías “gourmet”, aquí vimos algunas que tenían cosas que estaban muy buenas.
12. Visitar algunos de sus templos
No sabemos con certeza cuántos templos hay en la ciudad, que se conoce como la capital religiosa del país, pero sí sabemos que son bastantes. Así es que podéis imaginar que hay dónde elegir… Wat Xieng Thong, Wat Mai Suwanna Phumaham , Wat Xieng Mouane, Wat Sensoukaram— hay un montón en el centro histórico. Nosotros, en esta ocasión, nos dedicamos a visitar los que nos íbamos encontrando al pasear, sin saber si quiera cual era su nombre. Y la verdad, no entramos a todos, que en muchos hay que pagar. Como en todos los templos budistas.. ojo con la vestimenta, recordad que hay que cubrirse rodillas y hombros para entrar (al menos las mujeres).

13. Callejear, callejear y callejear y descubrir su arquitectura colonial
Sin duda, lo mejor que se puede hacer en Luang Prabang. Perderse por sus calles, descubrir tiendecitas, cafés, pequeños restaurantes locales…
El centro de Luang Prabang, dice la Unesco, “es un ejemplo excepcional de la fusión de la arquitectura tradicional con las estructuras urbanas creadas por las autoridades coloniales europeas en los siglos XIX y XX”.
Y es bien cierto que se respira ese aire mezcla de la arquitectura colonia francesa con la tradición asiática, y nada mejor que perderse por sus calle para comprobarlo.

14. Visitar el Ock Pop Tok Living Crafts Centre
Está a 2km del centro de la ciudad, pero se puede ir paseando (y de paso te sales de la zona super turística) o también en tuc tuc gratis (tienen una tienda en el centro de Luang Prabang desde donde se organizan los traslados gratuitos).
Un lugar donde se pueden asistir a clases (de pago) de batik, de tintes naturales y también puedes aprender a tejer distintos materiales. Los trabajadores reciben un salario justo por su trabajo y tienen contrato, lo equivalente a la seguridad social, etc. Hay una tienda donde comprar los productos que se hacen allí mismo a mano (nada de imitaciones barateras de mala calidad made in china) que, dicho sea de paso, no son baratas. En cualquier caso recomendamos la visita (que es gratis) donde puedes ver como trabajan y aprender algo más de teoría.

15. Pasarse al caer la noche por el bar Utopía
Es el “bar mochilero” por referencia, lleno de guiris pero con una ubicación inmejorable al borde del río, y un ambientillo que estaba bien. Hamacas, mesitas de madera y vegetación… por la tarde es tranquilo y por la noche se llena. Debemos confesar que nosotros nos pasamos por allí al terminar de cenar y estaba hasta arriba, así es que no nos quedamos.
16: Disfruta de la película Chang al aire libre
Es una película-documental de cine mudo de 1927 en la que puedes ver cómo era la vida cotidiana de una familia de la época que vivía en un pequeño poblado en medio de la selva y se tiene que enfrentar a numerosos peligros animales. Es interesante y verla en un entorno así vale la pena. Aunque no se paga por entrar, sí se tiene que consumir una bebida (unos 2€) por persona. Nos gustó la experiencia. La cita es a las 18.30 en el Sanctuary Hotel (leímos que también la ponían a las 7 en el Victoria Xiengthong Palace).

17. Dar un paseo en barco por el Mekong
Si te acercas al borde de río y bajas por cualquiera de sus escaleras podrás ver decenas de barquitos (y barqueros) que te ofrecerán dar un paseo en barca por el río. Los alrededores de Luang Prabang son naturaleza en estado puro, así es que es una cosa que vale la pena. Nosotros hicimos varias travesías en barco por Laos y nos gustó un montón la experiencia. Como siempre… no te quedes con el primer precio que te ofrezcan que, seguramente, será un poco desproporcionado.
Y aquí van cuatro cosas que también tenían buena pinta pero que finalmente no hicimos… ya sabéis, siempre hay que dejar algo para la proxima
18. Visitar el UXO LAOS VISITOR CENTRE
Es un pequeño museo y punto de información para aprender un poco sobre las UXO (Unexploded ordnances) que quiere decir artillería sin explotar. Posiblemente te sorprenda conocer que Laos es el país más bombardeado del mundo, y muchas bombas permanecen sin explotar y siguen causando aún daños materiales y personales cada año muere gente a causa de esta artillería). Solo abren de lunes a viernes )hasta las 4 de la tarde) así es qeu nos lo perdimos. En la próxima entrada del blog os contamos un poco más de este drama de las UXO en Laos.
19. Visitar las cuevas de Pak Ou
Son unos santuarios excavados en piedra con más de 4000 esculturas de buda. Tienen la particularidad de que hay que tomar una barquita para llegar a ellas navegando por el río Mekong. Algunas personas que conocimos nos dijeron que lo más chulo era el recorrido en barco por el río, y como eso ya lo habíamos hecho… nos saltamos las cuevas.
20. Visitar las cascadas Tat Sae
Queríamos visitar unas cascadas y elegimos Kuang Si por las fotos que habíamos visto, y no nos decepcionaron , aunque Tat Sae también tienen buena fama para bañarse. En estas no hay una caida de agua grande, sino una sucesión de pozas con pequeñas caidas, que están bien para refrescarse y además alguna zona para comer. El acceso a las cascadas se hace en barquita
Como veis hay un montón de cosas que hacer en Luang Prabang. Si vas poco tiempo… ¡tendrás que elegir!
Nosotros, después de nuestros cinco días por allí pusimos rumbo en un bus local a nuestro siguiente destino, Phonsavan, que también tenía mucho que ofrecer.
¡Os lo contamos en breve!
Si quieres leer algo más de la vuelta al mundo busca AQUI
Si te apetece conocer las etapas anteriores de nuestro diario de viaje por Laos mira AQUI
Este relato didáctico es menos divertido que cuando lo hacéis contando experiencias, pero como digo al definirlo de didáctico y ademas ordenado, nos hace pensar que está a nuestro alcance hacer ese recorrido, ¡¡¡ lo describís tan facil!! que ya me veo en Laos, negociando desplazamientos, regateando en compras, navegando por el Mekong, bañándonos en las cascadas, comiendo en sitios locales y pirrándonos por las “cosas gratis”.
Me ha dado un poco de fatiga la cantidad de templos que habéis nombrado, ¡Hombre en alguno entraríamos! en cambio la naturaleza, las calles, la orilla de Mekong nos inspiran relax y tranquilidad, teniendo en cuenta que comentáis que no es excesivamente turístico, nos falta saber si la gente es pesada en sus ofertas o si las hacen y si no aceptas te dejan tranquilo.
En finotro relato interesante, que sumado a lo que vais contando nos enseña una aventura muy intensa, muy complicada de preparar y muy trabajada por vuestra parte, que nos engaña sobre nuestras posibilidades, por decisión, capacidad e ilusión, pero me agrada el engaño, pues me imagino viviendo vuestra historia y tengo momentos de ilusión y felicidad.
Seguid disfrutando ese maravilloso viaje, las tres largas visitas que os hemos hecho me lo confirman, y os seguiremos envidiando.
Todos los besos que podáis recibir sin agobiar y recordaros que aquí hay gente que os quiere muuuuuuucho.
¡Hola hola!
Qué bien que te imagines viviendo una historia como la nuestra! De verdad, no es tan difícil como nos imaginamos desde el sofá de casa. Cuesta ponerse en situación, pero cuando estás en el lugar… todo cambia. La gente suele ser muy amable ¡En Laos no son nada pesados! Claro que te ofrecen cosas, pero no se toman a mal un no por respuesta.
Ya sabéis, seguid viniendo a vernos que os recibimos y os hacemos parte de la aventura encantados. 🙂
Un beso de los grandes grande. ¡Os queremos muuuuuuuuuuuucho!
Sólo 5 días??? Me ha parecido que eran muchos más leyendo todo lo que hicisteis!!! Como siempre, ganándole la partida al tiempo, me encanta!!!
Lo que más me ha gustado: las clases de inglés en la biblioteca del pueblo…me ha entusiasmado!!! Otra experiencia que me encantaría vivir…que suerte tengo de poder al menos conocerla gracias a vosotros.
Me gusta mucho leeros y descubrir rincones del mundo a los que no sé si llegaré algún día. Y me hace feliz saber que vosotros lo sois, y mucho.
Os echamos de menos pero el facetime hace que esteis más cerquita aunque esteis al otro lado del planeta. Seguid disfrutando y contandonos todo lo que veis.
Os quiero. 😙💜
¡Qué bien que te podamos hacer feliz a distancia! No sabes lo que nos encanta oírte decir eso. Estamos seguros que disfrutarías un montón por estos países, siempre hay pequeñas cosas fuera del circuito turístico que muchas veces es lo que más recuerdas. ¡Viva el facetime y estas conexiones a distancia! Mil besos
A igual que cuando leo, os imagino, gracias a las descripciones, andando por esos lugar tan lejanos, tan exóticos. Un placer poder imaginar que estoy en vuestras mochilas y veo atraves de vuestros ojos.Desde La Encina, muchos besicos, el abrazo ya noos lo dimos el sábado.
¡Gracias Ana por pasarte por aquí!
Nos gusta llevarte escondida en la mochila, y que descubras cosas nuevas a través de nuestro blog. Un beso enoooooorme y un abrazo para la familia.