Las oficinas de información turística no siempre son lo que esperamos de ellas…
En el caso de Luang Namtha, nos acercamos a preguntar por los buses que van a Muang Khua y nos dijeron que solo había uno al día, a las 8:30 de la mañana.
Al día siguiente nos levantamos a las 7:00 recogimos y pusimos rumbo a la estación de buses caminando, a ver si alguien nos llevaba. Al final nos paró un tuk tuk que nos cobraba la mitad de lo que nos pedían en el pueblo, así es que aceptamos.
Llegamos pocos minutos antes de las 8:00, y en la billetería nos dicen que nanay, que los buses a Muang Khua salen a las 6:40 o las 7:30 de la mañana… qué bien.
La única opción que tenemos es coger el de las 8:30 que va a Udomxay y allí cambiar de bus a otro que nos lleve a nuestro destino (que no saben cuando sale). Bueno, tampoco tenemos muchas más opciones, así es que… allá vamos. Antes de subir al minibus ya estaba la gente vomitando… no sé si es el subconsciente o qué. Es cierto que las carreteras son malísimas y llenas de curvas, pero es exagerado lo que vomita la gente en los buses aquí. Menos mal que todos van equipados con bolsitas…
El trayecto fue cómodo y rápido (con sus baches, por supuesto). En el bus leemos en la guía (que habíamos ignorado hasta el momento) que había buses de Udomxay a Muang Khua a las 11:30 y a las 15:00… llegábamos a la estación a las 11:48… ¡cachis! por poco. ¡Pero no!, ahí estaba el bus casi esperándonos, así es que subimos sin casi darnos tiempo a bajar del otro. ¡Más rápido imposible!
Tras un trayecto por pueblecitos y montes llegamos a Muang Khua… bueno, mejor dicho a las estación de buses que está a 2km del pueblo… al menos no es la de Luang Namtha ¿Eso para qué lo hacen? Decidimos caminar, que llevamos 7 horas entre los dos buses y nos duelen las piernas de estar sentados.
Al llegar y tras mirar un poco las guest houses que ofrece el pueblo, nos quedamos en Manotham Guest House. Está al otro lado de un puente colgante chulo, algo apartada del pueblo, pero es tranquia, tiene ventana al río y decentemente aseada (mi madre se moriría si lo ve, en realidad… pero para los estándares barateros del sudeste… correcto).
El pueblo se ve en nada,damos un paseo y vamos al puerto a ver a qué hora salen los barcos, ya que el principal motivo de venir hasta aquí es tomar un barco que nos lleve por el río Nam Ouy hasta una población que se llama Muay Ngoi Neua, que por lo visto tiene un enclave idílico.
Los barcos salen a las 9:30 y el billete se compra a eso de las 9:00… ok, hasta mañana pues. Callejeamos arriba y abajo a los dos lados del río… el sitio es bonito, muy muy verde… Cenamos de lujo en un sitio que se llama Laosamai (generosas porciones) y de camino al guest house nos paramos en el karaoke del pueblo, que está al lado de casa, a tomar unas birras con los de aquí, ¡que es sábado noche! Javi se anima con el Lao lao, el licor de arroz local tipo orujo que compramos el otro día en Muang Sing… y a eso de las 00:00, digamos que contentillos… nos vamos a dormir.
A las 7:00 suena el despertador y la cara de Javi es un poema… ¡resacón en Muang Khua! Hacía meses (o años) que no le pasaba, ¡cómo para meternos cinco horas de barco! así es que decidimos dedicar el día a descansar, pasear, leer… vamos, relax… además estamos solos en el guest house… No hay mucho extranjero por aquí. De casualidad que nos encontramos a dos españoles que acaban de llegar de Vietnam, y otra pareja que por lo visto lleva ¡12 años viajando! Pero poco más. A penas salimos a comer, a dar una vuelta por el mercado… oh dios, tienen una especie de ratas en un palo (luego resulta que deben de ser ardillas) que no son nada pero nada apetecibles… En realidad no apetece mucho comer carne por aquí. Compramos algo de fruta, probamos el laap (una especie de ensalada con hojas de menta que puede llevar carne picada o solo verduras y es bastante típica de Laos… un shake de mango y a dormir.
Cuando a la mañana siguiente vamos al puerto según lo previsto resulta que somos los únicos que queremos pillar el barco ese día… y eso no mola, pues nos piden mucha pasta, porque si no, el barco no sale. Empezamos a pensar alternativas mientras tomamos un café. Tal vez esperar a que llegue un bus que viene de Vietnam (este es lugar de paso) que muchas veces baja gente que quiere ir río abajo… pero no está claro. Al final, aparecen por allí Victor y Vanesa, los chicos que habíamos encontrado el día de antes y nos dicen que se vienen, que les ha dicho que mañana no habrá barco y que hoy nos podemos ir los 4 por 150.000 cada uno. ¡nos sirve! En una hora estamos en marcha… rumbo a Muang Ngoi Neua.
La verdad es que el paseo en barca es muy muy chulo, vas pasando por pueblitos, nos detenemos a dejar algo en alguno de los ellos, un bidón de gasolina, unas bolsas con comida… a fin de cuentas el río es su forma de relacionarse entre poblaciones… nos acordamos del Amazonas… era algo similar (en el sentido de que el río es la vida para estas personas, necesitan de él para vivir). En todas las aldeas vemos niños bañándose y jugando en el río, también vemos ganado, vacas que parecen albinas descansando en el agua, y unas zonas con montañas kársticas preciosas… y mucho verde, pero mucho. Es un río tranquilo, aunque en algunas ocasiones aparecen “rápidos” que nuestro conductor supera con pericia. La barca lleva un volante tipo camión en la parte delantera con el que mueve la quilla a través de unos alambres laterales… nos llueve, sale el sol, hablamos, comemos… se pasa el tiempo rápido. Pero no todo es idílico en el paseo… a pocos km de llegar a destino vemos una zona con muros de contención inmensos de hormigón y decenas de camiones y máquinas trabajando… bajo un gran cartel de “China power” todo indica que los chinos están construyendo una presa o algo así por aquí… es posible que este recorrido no se pueda hacer en algunos años… nos da pena.
Se confirma que Muang Ngoi Neua está en un sitio precioso, rodeado de montañas kársticas, al borde del río, con alojamientos a precios increíblemente económicos (30.000 kips por habitación con baño privado y ventilador, unos 3,30 euros). Es un pueblo pequeño, de una calle principal y algunas callejuelas perpendiculares, que tiene un pequeño templo, y bastantes guest houses y restaurantes. Parece algo turístico, ya que todo el frente del rio son guest houses… pero en cuanto te metes para dentro ves la auténtica vida de aquí, gallinas y pollos paseando por el medio de la calle, infinidad de campos de arroz con gente trabajando… pensábamos quedarnos una noche pero lo alargamos a dos.
Baño en el río y cervecita en las escaleras que bajan al “muelle”, por decirlo de alguna manera. Compramos fruta y vemos que tienen máquinas de agua que puedes rellenar tu botella de agua en vez de comprar una nueva. Es una cosa que habíamos visto en plan más industrial en Tailandia, por ejemplo, pero cuando lo probamos el agua era casi caldo del calor… pero aquí no, el agua es fría (son máquinas de esas de bidones que hay en muchas oficinas) ojalá se hiciera esto en más sitios porque es increíble la cantidad de botellas de plástico que generamos…
De repente…empieza a tronar ¡temporada de lluvias! y corremos a refugiarnos… justo a tiempo ¡cayó la del pulpo! Nos quedamos a cenar en un sitio que se llama Veranda, curry de patata y laap de verduras ¡muy bueno! Cuando amainó… al hostel, ¡a dormir!
A la mañana siguiente nos levantamos a las 7:00 y las cimas de las montañas estaban cubiertas de niebla… estaba muy bonito. Decidimos hacer una ruta circular por los pueblos “cercanos” e ir a ver una cueva que hay aquí cerca. Para entrar a la cueva y poder circular por los caminos se pagan 10.000kips por persona (también hay un par de miradores en el pueblo que se paga 20.000kips por persona para subir… ¡haciendo comparaciones… es más que el alojamiento!) Y es que ya nos lo habían adelantado… en Laos se paga por todo. pero aún así sigue siendo un destino barato, de esos que gastas menos que quedándote en casa, como en casi todo el sudeste asiático (o todo).
Pagamos, le decimos al señor que inviertan bien el dinero de los turistas (nos dice que sí, claro que sí… que van a construir un puente y un jardín) y visitamos la cueva, que al principio nos parece pequeña pero nos vamos adentrando y, ¡no está nada mal! tampoco es que seamos expertos en cuevas, nosotros.
Hay una zona con peces azules por fuera, y por dentro se mete unos 100m o así…¡no te olvides linterna, si vas! Al salir hay un puente de bambú de los interesantes.. alguna foto y seguimos.
Vamos caminando-corriendo al primer pueblo, que se encuentra a la izquierda, Ban Hoy Seen. Se puede seguir la ruta del maps.me, es un pueblo muuuuy tranquilo, con casitas de madera y caña, y que tiene hasta una guest house y un “restaurante”, por si quieres vivir una experiencia tope rural. Hay hasta una mini granja de cerditos, que Javi se pasa un rato grabando… jeje. Metemos la cabeza en una fuente para paliar el calor y seguimos ruta.
Desde allí volvemos sobre nuestros pasos y vamos al siguiente pueblo, Na-Kang sin problemas, siguiendo el camino principal. Allí también hay una guest house y un restaurante, al menos. Nos encontramos a unos señores que están sentados a la fresca bebiendo… Lao lao ¡el licor del otro día! Insisten y al final Javi prueba un poco… yo paso. Tras charrar un poco con ellos seguimos al último pueblo, y aquí empieza la fiesta… hay que cruzar el río un par de veces, la primera nos descalzamos pero la segunda ya pasamos… al final aún nos toca pasarlo una tercera que nos habíamos equivocado de camino ¡pies empapados!. Seguimos la intuición (aquí no vale el maps.me) y nos metemos por en medio de unos arrozales hasta llegar a enlazar con el camino, aunque creemos que debe haber otra forma de ir, pero al llegar al pueblo nos encontramos a un chico de Dinamarca y una chica Boliviana (los únicos que hemos visto en todo el día) y nos dicen que también han tenido que ir por en medio de los campos de arroz.
En Huay Bo Village comemos, unos noodles con bambú y verduras bastante decentes y, aunque no tienen nevera para enfriar el agua, al menos nos refrescamos, metemos la cabeza en otra fuente y descansamos a la sombra… ¡vaya calorazo! Los chicos nos cuentan que se quedan a dormir aquí, que les cobran… ¡5000kips por noche, o sea, 55ct de euro a cada uno! Dudo que exista un sitio más económico para dormir. En este pueblo hay un par de señoras que tienen telares, entre ellas las dos que tienen guest house. Y te pueden enseñar, si quieres, como funcionan. Ponemos rumbo de vuelta, trotando entre campos de arroz, atravesando riachuelos, y mojándonos la cabeza allá donde podemos. La ruta acaba con un buen baño en el río, que no es muy transparente, dicho sea de paso, pero que sienta de lujo. Allí estamos nosotros, unos franceses, y los niños del pueblo. El resto del día lo dedicamos a descansar, trabajar un poco y contactar con la familia.
Nos ha salido una ruta chula, pero con el calor se hace larga. Yo he acabado muerta. Al final salen unos 21km, que no está nada mal.
Hoy probamos otro sitio para cenar (sin nombre, pero en frente del Veranda, un poco más hacia el templo). Probamos Suzy, una comida similar al curry pero con noodles, y curry de pato y, tras un paseo… a descansar.
¡Vaya noche de tormenta! Diría que ha estado toooooda la noche lloviendo. Nos levantamos y la calle es un barrizal, y por supuesto las zapatillas de ayer están empapadas. Compramos algo para desayunar, nos despedimos de Victor y Vanesa, que se quedan aquí un día más y a las 9:30 salimos en barca rumbo Nong Kiaw, es otro pueblo apetecible, peo muy similar a donde hemos estado (en el sentido que lo mejor es el paisaje). Queríamos subir a un mirador que tiene buena pinta pero las lluvias hacen que todo sea un barrizal, así es que para la próxima. Caminamos hasta las estación de autobuses donde, cuando al señor conductor le apetece, salimos en una minivan que en cuatro horas nos lleva a nuestro próximo destino: Luang Prabang
Desde Luang Namtha autobuses directos a las 6:40 y 7:30 de la mañana. (Son los que van destino Vietnam
Desde Muang Ngoi Neua hay barco por 120.000kips por persona, pero solo circulan si hay gente (y si sois pocos os cargan más)
Para llegar a Muang Ngoi Neua
Barco desde Muang Khua. unas 5 horas, 150.000 kips/persona (si sois más de 7personas, 120.000 nos dijeron). Sale a las 9:30 (si hay gente suficiente). El billete se compra en el mismo “puerto”.
Barco desde Nong Kiaw 1h y media, 25000kips/persona
Se puede llegar caminando por las montañas desde Nong Kiaw con algún peaje por el camino (conocimos a un chico que lo hizo). Resbaladizo en temporada de lluvias.
Alojamiento Muang Khua
Manotham Guest House: 50.000kips, la doble sin WIFI, con baño privado y ventilador. Básica pero buenas vistas. Sitio agradable pero a la otra orilla del pueblo.
Manhchay y Keophila: 70.000/80.000kips la doble con WIFI, baño privado y ventilador.
Saylom Guest House: 30.000kips la doble con baño privado, ventilador y WIFI. 40.000kips lo mismo pero en “bungalow” (se puede quedar en 35.000 si vas más de un día).
Posibilidad de alojamiento en aldeas a las que se llega caminando por 5.000 kips. Hay carteles.
ReMe says
Que emocionante!! Y cuantas aventuras!!
Menos mal que tenéis capacidad de adaptación y sois
Resolutivos.
Lo importante es que sigais disfrutando de vuestra experiencia.
Ya espero el siguiente post.
Os quiero muchísimo!!
Besos y achuchones.
BuscandoaCochet says
Ya ves, al final te haces a casi todo. jijiji
Keep calm
¡ya mismo llega el próximo!
Besos mil. ¡Os queremos!
OSCAR ALTABELLA PRIOR says
Jajajaja, que chulo todo lo que contais, las fotos de 10 y Javi piripi en el karaoke, me parto de risa. Chavales pasadlo bien (que leo que lo haceis) y nos vemos en los bares.
Besicos
BuscandoaCochet says
Jajaja, vaya show el Karaoke… y es que no creas que afinan mucho por aquí.
En fin, ya ves que mal no lo pasamos.
¡Muchos besos!
Papá says
Como me gusta la capacidad de adaptación a las circunstancias, (no hay bus, tomamos dos !!!) y no he podido contener la risa con el comentario de los vomitos de la gente. (lo de hacer autoestop, os va de cine).
El Manotham Guest House. unas vistas geniales, y el relato del resacón de Javi, de risa. ¡¡¡ Como siempre suerte con el barco !!!
Los pueblos, los arrozales, la minigranja de cerditos, el río, el baño en él, la tormenta, la comida, ¡¡Todo apetece vivirlo !!, aunque nos conformemos con que lo contéis, el caso es que son cosas sencillas, nada extraordinario, pero que nunca en viajes estándar podríamos ver.
La verdad es que conseguis que nos enamoremos de cada país que visitáis, y que deseemos estar allí, ¡¡¡ será cuestión de liarse la manta a la cabeza y coger una mochila y adelante !!!, igual no hay que pensarlo tanto ni tener tantas reservas.
¡ Y Javi no escarmienta con el licor de arroz !, le pasa como a mí, que me enamoro del viaje y paso por alto el calor, el barrizal, cruzar ríos a pie, perdidas de llaves y esas pequeñas cosas.
Hasta la próxima todos los besos y abrazos y como siempre no os olvidéis que aquí hay gente os quiere muuuuuucho !!!!!!!!!!!
BuscandoaCochet says
Es cierto que la vida en Laos es tranquila. no es un país con grandes “greatest hits” para visitar, pero tiene mucho encanto.
Vale la pena vivirlo. 😉 y las anécdotas… siempre quedan para el recurdo. jajajaj
Ya sabes, animaos a hacer la mochila. Todo es ponerse…luego se os da bien y todo. jijiji
Muchos, muchos besos de vuelta. Y ya sabéis cuanto os queremos <3
Pili Pons says
Amigos que gusto leeros de nuevo!
Yo no hago más que pensar en la de “bichos” que habrán por esos ríos y campos de arroz en los que os meteis…¡que valientes!
Conforme voy leyendo voy visualizando cada una de las situaciones en mi cabeza, es como si leyera un libro.
Me encanta saber de vosotros y que expliqueis las cosas con tanto detalle.
Espero con ganas el próximo post.
Un besazo!! Os queremos.
BuscandoaCochet says
¡Nos acordamos mucho de vosotros! A veces por cosas que os encantarían y otras por cosas que “no tanto” jeje.
Pero te digo que pocos bichos malos hemos visto, la verdad.
Muchas gracias por tus palabras y muchos besos, amiga. Nos encanta saber que estás al otro lado.
Juanfer says
Chulo. Chulo. Chulo.espectaculares fotos y comentarios del viaje excelentes. Un abrazo para los dos y a continuar así.
BuscandoaCochet says
¡Vale mucho la pena!
Muchas gracias por tus palabras, Juanfer. Nos encanta saber que nos lees.
Besotes lejanos.