Viajamos en bus durante toda la noche. Más o menos descansamos y al llegar a destino a las 8 de la mañana, comprobamos que hasta el día siguiente no hay colectivos hacía El Bolsón. Tratamos de ocupar el día y una opción es ir a a Cueva de las Manos pero nos cobran 600 pesos a cada uno solo por llevarnos en transporte “público” ¡casi 40€ por persona solo el transporte!, precio que nos parece un abuso y que nos obliga a descartar la visita (ya ni os contamos lo que nos cobraba un taxi al que preguntamos)
Como tenemos todo el día decidimos hacer dedo otra vez y aunque nos cuesta al principio, (ya nos vemos como en El Calafate, sin éxito), poco a poco vamos teniendo suerte y sale todo a la perfección. Primero nos recoge una pareja de mediana edad, muy arreglados y con un coche casi nuevo, que nos acercan hasta un cruce donde ellos cambian de dirección, ahí hay uno de tantos mini santuarios dedicados al “gauchito Gil” que salpican las carreteras argentinas, El gauchito Gil es un “Santo pagano” (así lo describían allí) al que le piden milagros, o le rezan. Se suelen colocar casetitas u hornacinas en cruces de las carreteras y están pintados de rojo, con banderas rojas, piedras rojas… y en su interior podíamos encontrar ofrendas de lo más variado. Cigarrillos, bricks de vino, velas, monedas…
Allí, a continuación nos ofrecieron coche dos chicos jóvenes con pinta de “macarras”, con el coche medio tuneado, bastante majos, y aceptamos… ellos nos dejaron en un desvío en el que parecía que no iba a pasar nadie nunca jamás. Estabamos recorriendo la famosa Ruta 40 de la Patagonia Argentina, km y km de una interminable carretera recta con apenas alguna población que salpica el trazado. Ibamos con la tienda de campaña, así es que, estando allí, pensamos que cabe la posibilidad de que nos toque acampar una noche en medio de la nada… ¡pero no! al poco rato nos levanta Manuel, que nos pregunta y nos indica que él va hasta Esquel (nuestro destino previsto para el que quedaban más de 200km) ¡pero qué suerte! Encima cuando empezamos a hablar resulta que es corredor de ultradistancia en montaña…jeje. Ya decíamos que esas Salomon que llevaba lo delataban… Vamos todo el camino hablando de carreras de acá y de allá, del GR11en11 por supuesto, del Camino de Santiago, de chacras, chanchos y corderos (él trabaja con ellos) Nos cuenta que vive en Río Senguer cerca de Chile y que es una zona linda que tenemos que ir a ver así que quedamos que algún día iremos a visitarlo. Además seguro que nos veremos sino por España porque Manuel y su hijo viajan casi todos los años de vacaciones allá a hacer montaña y se mueven por el norte cerca de donde vivimos. La verdad es que no se si es el destino pero la vida nos va encontrando con muchas personas lindas que prácticamente se convierten en amigos y que esperamos volver a ver algún día.
Sin darnos cuenta llegamos sobre las 21h30 a Esquel donde Manuel nos lleva hasta un hostel (se llamaba “Casa del pueblo”) que le sonaba que había por el centro en el que decidimos quedarnos. Estaba bien, cocina, desayuno, un pequeño jardín, y precio normal… ¡nos servía! Salimos a recorrer un poco el pueblo y cenar de lujo un asado con sus achuras (y vino) en “Casa María”. Hoy no hemos pagado el dineral que valen los buses acá así que tenemos margen para cenar bien, además los precios ya no son como los del sur y eso nos deja un poco más de holgura.
Un día por Esquel
Estamos entre montañas así que después de desayunar Javi se va a correr un rato hasta la laguna de la Zeta que no está nada lejos de Esquel. A la vuelta pensabamos irnos hacía El Bolsón pero tenemos algunas cosas pendientes de trabajo y decidimos quedarnos un día tranquilos, dar un paseo por la ciudad, y aprovechar para trabajar, ya que algunas cosas que vamos haciendo nos pueden dar un poco de soporte para seguir viajando. Como es sábado y el hostel está retranquilo, los chicos de allí junto con otro chico de Cordoba deciden hacer un asado y nos invitan a participar. Además hace un día buenísimo así que compramos un buen trozo de vaca y unos chorizos y ale ¡a la parrilla!
Por la tarde descansamos algo y trabajamos y poco antes de cenar nos damos una vuelta y compramos pasta fresca para los dos y salsa pesto casera por 50 pesos, ¡qué maravilla de precios! La cultura de la pasta fresca aquí en Argentina es increíble, hay pequeñas tiendas de pasta artesanal por todas partes y la hay rellena de un montón de cosas (y sin rellenar) así que nos acordamos un montón de Bego, la hermana de Javi, ya que le encantaría.
Cenamos y a dormir que mañana temprano nos movemos hacia El Bolsón.
Rumbo a El Bolsón
Para ir a El Bolsón hay dos opciones, una por la ruta 40 (la principal) y otra por el interior del parque Nacional de los Alerces. Queríamos conocer el parque, pero no tenemos mucho tiempo, nos dicen que en temporada alta está bien comunicado, y que se puede pasar el día allí o incluso acampar. ahora es temporada baja y no hay casi nadie por aquí, hace frio y además nos falta tiempo… ahora solo hay un autobús al día que lo recorre de sur a norte, y por la tarde regresa de norte a Sur, con lo que, para el que quiera volver a Esquel, tiene opción de hacer alguna rutilla por allí. Pero nosotros tenemos que seguir camino, así es que decidimos recorrerlo en bus. Los alerces son unos árboles enormes que según leemos es la segunda especie más longeva del mundo y en este parque hay algún ejemplar de más de 2000 años. Nos acordamos también de Gerardo, el hermano de Vane, ya que le encantaría y aunque no bajamos a recorrer parte del parque caminando (porque luego no tenemos forma de salir de allí), el trayecto en bus merece mucho la pena.
El chofer, Victor, nos va contando todo el recorrido perfectamente, hay lagos, campings y bastante caminatas para hacer, pero desde la carretera esas cosas no se ven. Vamos saliendo del parque por un bonito valle hasta parar en un pueblecito, Cholila, un ratito. Es domingo y está todo el pueblo en la calle haciedo carreras de bicis para niños muy pequeños y nos compramos en la calle un trozo de tarta de frambuesas de unas señoras que está espectacular.
Seguimos avanzando y llegamos a nuestro destino, la población de Lago Puelo que es donde nos deja el bus (cerca de El Bolsón), y nada más llegar nos encontramos un festival gastronómico (¡nuestra especialidad! jeje) en la calle. Están haciendo cordero al asador en la calle y rápidamente nos enteramos de cómo comprar una ración. Nos ponemos en la cola y de repente nos dicen que ya no venden más cordero, que se termina. Aguantamos allí y le contamos a la señora que hemos venido desde España a Lago Puelo a comer cordero, a ver si se apiada de nosotros… es que olía taaaaaaan bien… Al final nos venden, literalmente, la última ración que quedaba y podemos disfrutar de un cordero increíble a un precio más que razonable. Probamos también una pizza a la parrilla ¡vaya invento! muy rica con una cerveza artesana y luego un trozo de tarta bien casera de postre.
Para descansar y bajar la comida nos vamos al Lago que da nombre al pueblo, (está como a 4km) en un bus público. El paisaje es precioso, hay bastante gente tomando el sol y paseando o haciendo kajak. La verdad es que es una pasada… echamos allí la tarde y después agarramos un autobús hasta El Bolsón.
Al llegar Javi se pone a la busqueda de hostel mientras Vane se queda con las mochilas en la placita del pueblo donde se acercan varias personas a hacer algo de vida social. Este pueblo tiene fama de ser muy hippie, aunque la verdad a nosotros nos pareció de lo más normal. Hay una plaza donde se vende artesanía y hacen un mercado algunas mañanas, pero nada fuera de lo que hemos visto en otros lugares… nosotros creemos que es muy posible que poco a poco ese carácter hippie se haya ido perdiendo. Lo que sí que hay (y también tiene fama) es buena cerveza artesanal, varias marcas locales y algunos bares donde probar distintas variedades.
Después de un buen rato Javi vuelve con varias opciones y decidimos quedarnos en el Hostel Pehuenia que parecía tranquilo y tenía uno de los mejores precios que encontramos. Ya instalados preparamos unos spaghettis carbonara y a dormir.
Una buena ruta por los montes de El Bolsón
Después del desayuno con pan casero y dulce (mermelada) artesanal que incluía el alojamiento, fuimos a preguntar para informarnos bien en la oficina de montaña, allí te pueden explicar distintas rutas que hacer que parten de El Bolsón, hay para todos los niveles, aunque para muchas de ellas te tienen que acercar en taxi al punto de partida. Desde el hostel nos llaman a un taxi que nos acerque al punto de partida de nuestra ruta: El Camping Doña Rosa. Nos ponemos en marcha y nos curramos un rutón importante. De nuevo juntamos varias opciones de rutas para hacerlas en un día en modo “trail”.
Primero ruta al Refugio del Hielo azul que es todo de madera y es precioso, allí vive una familia con una niña pequeña y tienen hasta columpios de madera y casitas de arbol… muy idílico. De aquí seguimos hasta el refugio de Natación, otra cabañita de madera en un enclave precioso, con laguito y todo, donde paramos a comer algo…
Desde ahí al Cajón del Azul, el más famoso de todos y el que más gente hace desde el pueblo, ya que el camino es asequible y hay un río en el que bañarse muy apetecible. Se llama así porque el río Azul se encajona, literalmente, entre dos altos muros de piedra. La verdad es que el enclave es muy bonito también, aunque la conexión entre el refugio Natación y este es bastante sucia, mucha tierra, muchas ramas… pero bueno, es casi todo bajada y se hace fácil. Desde allí. y después de hablar con el guarda, que nos dice que en verano vienen muchísimas personas cada día. ¡Y hoy estamos solos! Allí se puede pernoctar, comer, cenar o tomar una birra, incluso comprar productos básicos como pasta y/o arroz.
Desde ahí emprendemos el regreso por un camino que ya no tiene mucho interés hasta una ruta más principal (desde donde se sale para hacer sólo la excursión del Cajón del Azul, que es la llamada “Chacra Warton”). Intentamos llegar a la carretera principal de rally, pero llegamos cuando ya ha pasado el último colectivo (hay muy pocos fuera de temporada)… No sabemos que hacer así que al final nos ponemos a andar camino de El Bolsón haciendo dedo hasta que nos agarra un matrimonio y nos lleva de vuelta. Una vez más hacemos una buena kilometrada a un ritmo bien rápido y Vane aguanta como una campeona, ¡qué fuerza!
Ya después de la ducha salimos a tomar una cerveza artesanal bien merecida. Vane tiene un sustico ya que se marea un poco por un pequeño bajón de azucar pero nada serio y después de una buena cena en el hostel se recupera totalmente. Toca descansar que el día ha sido duro.
Último día en El Bolsón
Nos levantamos y no sabemos muy bien que hacer, tras conversar un rato con Vale y Claudio, los dueños del hostel, nos invitan a quedarnos una noche más con ellos y preparar un asado por la noche ¡La verdad es que son bien majos! Nos hemos sentido muy a gusto en su hostel. Por si a alguien le interesa… http://www.pehueniaelbolson.com.ar/
Queríamos subir al Piltriquitrón, un monte muy famoso que hay aquí que además tiene cerca un bosque tallado, pero por acercarnos en remis (una especie de taxi sin taxímetro que se usa mucho por aquí) nos cobran ¡350 pesos! hasta a los del hostel les parece mucho, así es que cambiamos el plan.
Nos damos un paseo por la feria artesanal del pueblo donde entre otras cosas venden comida bien barata. Luego nos vamos al Hoyo, un pueblecito cercano, en bus local, desde el que se puede hacer una pequeña excursión sencilla a ver la cascada “Corbata blanca”… muy chula para ir con la familia. Por el camino pillamos un montón de moras, llenamos una bolsa y nos comemos un buen puñado cada uno… ¡qué buenas! y después de la rutilla regresamos a dedo y caminando hasta El Bolsón.
Allí me voy con Claudio a comprar unas Chuletas y unos chorizos para el asado que acompañamos con una cerveza artesanal “La Maroma” que sale a 60 pesos el litro y que está buenísima (probamos la roja y la rubia fuerte). Cenamos un buen asado y haciéndolo conocemos a una pareja de Puerto Pirámides que nos invitan a chinchulines de cordero (un poco de “casquería”) que están brutales. Cuando me voy a devolver los envases de las cervezas (son retornables) me los encuentro en el bar porque resulta que el dueño de la cervecería es de Piramides así que una vez allí me siento con ellos un rato y la chica del bar me invita a una birra. Bien llenito me vuelvo al hostel y a dormir que mañana nos vamos hacia Bariloche.
Estos han sido nuestros días por El Bolsón. El viaje sigue avanzando… ¡vamos continuando ruta hacia el norte!
Papá says
Hola de nuevo, me alegro del ritmo que estáis recuperando en el Blog, a ver si poco a poco nos ponemos al día.
Me asombra ver el desconocimiento que tengo de los lugares que visitáis, qué infinidad de lugares bellos encontráis y los que dejáis de visitar !!!!, además me alegra ver que tenéis la suerte de los decididos, como contáis en el viaje a dedo hasta Esquel, también resulta gratificante ver que entre asados y ¨birras¨, no pasáis mucha hambre y que es posible que hasta engordéis, aunque esas rutas en modo ¨trekking¨ sirvan para compensar el gasto energético con el consumo.
La suerte de leer el blog con retraso es que el ¨sustico¨de Vanesa con la bajada de azúcar ha quedado en eso y que si lo leyese el día que ocurre quedaría muy preocupado. Pero no es así, por lo que de nuevo os animo a disfrutar y a que nos lo contéis, y mientras tanto recordar que aquí muy lejos de vosotros hay gente que os quiere muchísimo.
Muchos, muchos, muchísimos besos.
BuscandoaCochet says
¡Hola! Tranquilo que nosotros también estamos aprendiendo un montón de cosas que antes no sabíamos… esto de viajar es la mejor escuela, ¡sobre todo de geografía!
Hambre lo que se dice hambre… ná de ná, más bien lo otro, lo de engordar, pero ¡hay que probar la gastronomía de cada lugar!
Muchas gracias de nuevo por tus palabras, nos encanta leerte.
Millones de besos. ¡Os queremos!
Reme says
Go go go!! a little more and you catch up with the posts!
I like this post, I like all. you are cracks!!
I love you, much much much.
Thousands of kisses
BuscandoaCochet says
Yesss, we will try to update sooner again!
Thank you so much for the effort of writing in english, hahaha. It’s challenging!
Million of kisses from the other side!
We love you so much!!!
Reme says
Hola otra vez. Se me olvidaba comentar, que me ha emocionado mucho que nombréis a vuestros hermanos. Significa que los tenéis presentes en vuestro día a día y eso nos gusta mucho a las madres. Que los hermanos se quieran y se lleven bien es básico para nosotras. Yo concretamente disfruto mucho sabiendo que eso se cumple.
Besosssss
BuscandoaCochet says
¡¡Sii!! La verdad es que tenemos la suerte de llevarnos de maravilla con nuestros hermanos y, la verdad, nos acordamos mucho de ellos y les echamos de menos (también al resto de la familia). Esto de tener edades y gustos parecidos hacen que los tengamos muy presentes. ¡Millones de besos!
juanfer says
Como me ponéis los dientes largos. Parezco un castor. Que envidia más sana tengo. Y aunque sea desde la distancia, sabiendo o mejor intuyendo por lo que escribís, que estáis disfrutando lo inimaginable, yo que ya quisiera poder hacer lo mismo. Estoy disfrutando también. Un beso fuerte para los dos y los amigos que hagáis no perderlos.
BuscandoaCochet says
Ay Juanfer, ¡qué alegría leerte por aquí!
Estamos disfrutando un montón, los días pasan y seguimos cada vez más felices… y nos encanta compartirlo con vosotros. Es un placer teneros al otro lado. ¡Nos alegra que disfrutes con nosotros!
¡Besos de los dos!
Bego says
Ohhhhh!!!!! Os habéis acordado de mí?! 🙂 Me apunto para mi futuro viaje a Argentina lo de la pasta fresca …qué rica!!! Y me apunto también esos sitios tan chulos que estáis conociendo.
Genial el blog! Seguid contándonos cosas!
Besitos y a seguir disfrutando.
Os queremos mucho!
BuscandoaCochet says
Siiiii, ¡claro que nos acordamos de vosotros! Muchas más veces de las que podamos escribir… y con esto de la pasta, es que pensábamos en ti día sí día también. <3 Miles de besos. ¡¡Os queremos mucho!!