De trekking por El Chaltén

Nos habíamos quedado en El Calafate, después de disfrutar de la maravillosa experiencia del Perito Moreno…

Tras desayunar de nuevo como unos verdaderos campeones salimos a ver que tal se nos da hacer dedo (autostop) para tratar de llegar a El Chaltén. Nosotros no estamos acostumbrados a ello pero por aquí hay bastante gente que se mueve de esta manera así es que decidimos probar. Bueno pues la primera prueba no va muy bien la verdad, ya que hacía El Chaltén normalmente solo va turismo que se suele mover en autobús así es que tras cuatro horas ¡cuatro! de intento, y de que se formara una fila de autostopistas detrás nuestro a los que no “levantaba” nadie, decidimos volver cabizbajos a la estación de autobuses y tomar uno hacia nuestro nuevo destino. La primera no ha salido bien pero ¡seguro que hay otras oportunidades!

En el bus suben varias personas bien aprovisionadas de comida ¡hasta con cajas de cartón llenas de cosas! Nos han dicho que El Chaltén es caro pero, la verdad, como vamos para pocos días, hemos aprovisionado poco.

Llegamos a destino a las 19h30 y la verdad es que solo la entrada al pueblo de El Chaltén ya nos da una idea de lo lindo del lugar. Un pueblecito construido entre montañas que se hace llamar la capital argentina del trekking y que está dentro del Parque Nacional de los Glaciares, Patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1981. Hace bastante frío así que nos ponemos a buscar enseguida alojamiento y tras preguntar en un par de hostels y ver que al ser turístico es un sito bastante caro, de repente nos para un coche al lado y nos pregunta si buscamos sitio para dormir. Es un matrimonio que va en una camioneta y nos dice que tiene sitio económico y que subamos en la caja de la camioneta para ir a verlo. Nos subimos sin pensar demasiado… por el camino pensamos que es algo surrealista, jeje.

El señor nos lleva a su casa donde nos ofrece un par de opciones por 130 pesos y una tercera que es dormir en una habitación al lado de ellos por 150 pesos (como unos 10€) por persona. Esta muy bien y podemos usar todos los servicios de su propia casa (cocina, baño etc…) pero decidimos acabar de mirar opciones por si acaso. Al final no encontramos nada mejor ni que se acerque y volvemos a casa del señor Juan para instalarnos. Tenemos una habitación con cama de matrimonio que está genial y lo siguiente es ir a comprar algunas cosas que nos faltan para preparar la cena. Los precios no son tan fieros como nos lo habían pintado, compramos algo de verdura y carne picada para cocinar la cena (¡qué pasta mas buena!) y pan y fiambre para los bocadillos para salir al monte al día siguiente (la panadería bien buena y a precio normal). Lo único malo del alojamiento es que no tiene es wifi (más tranquilos) pero antes de cenar sí que pasamos por un hostel cercano donde sí que hay  (Rancho Grande, creo) para dar señales de vida. Preparamos las mochilas ligeras para el día siguiente y a dormir que tendremos que madrugar ya que la kilometrada va a ser importante.

Trekking por el Chaltén

¡Hoy toca darle a la zapatilla de nuevo! Desayunamos bien en casa de Juan, y a las 8h45 (tampoco hemos madrugado tanto la verdad…) nos ponemos en marcha. Desde El Chaltén salen muchas rutas de distintas dificultades, desde cortos paseos para todos los públicos con vistas al Fitz Roy hasta rutas mucho más exigentes. Las dos principales son las que suben hasta la base (bueno cerca de esta en realidad) de dos montes míticos que son el Fitz Roy y el Cerro Torre, ambos de más de 3.000m y muy famosos entre los escaladores. Mucha gente se queda varios días por allí y hace una ruta cada día o sube a acampar a campings gratuitos que hay a lo largo del camino, cosa que nosotros desechamos ya que solo tenemos un saco de dormir y no tenemos aislantes y el frío es considerable. Además de esto, estamos en el único momento del viaje hasta la fecha en el que tenemos algo de prisa ya que hagamos lo que hagamos, tenemos que estar el día 14 de abril en Santiago de Chile, porque tenemos el vuelo comprado para irnos a la ¡Isla de Pascua!! así que nos toca apretar un poco el acelerador y decidimos unir las dos rutas en una sola y hacerlo en modo trail running.

Estas rutas son bastante sencillas para lo que nosotros estamos acostumbrados así que avanzamos ligeros pasando por el mirador del Fitz Roy y el camping de Poicenot… Hace bastante frío y primero nos llueve y luego nos nieva (además del viento que no para) pero, como llevamos bastante abrigo jugamos a ponernos y quitarnos capas. Desde el Camping Poicenot toca una subida bien fuerte hasta la laguna de los Tres que es el final de esta ruta y de donde se tendría que ver el Fitz Roy, que hoy no quiere aparecer entre las nubes ¡Qué pena! El lago y el glaciar son muy bonitos pero hace mucho, pero mucho frío y no podemos quedarnos mucho rato a esperar, así que bajamos de nuevo hasta el campamento y avanzamos hasta agarrar el desvío que nos cambiará al valle de la Laguna Torre.

Al pasar por el campamento intentamos, sin éxito, ver si Mario, el chileno que conocimos en Torres del Paine y se vino con nosotros a El Chaltén, que anda por allí (suyas son las fotos en las que sí que se ve el Fitz Roy. La ruta es fácil de seguir, no parece que haya mucho riesgo de perderse, aún así en la página http://www.elchalten.com/ hay mucha información sobre las rutas, planitos, etc.

Seguimos en marcha, al fondo se ve que en el pueblo hace un sol importante pero acá arriba todo lo contrario… ¡la montaña es así! Seguimos haciendo kilómetros y pasamos por las lagunas madre e hija, que tiene como una especie de playa muy apetecible si no fuera por el frío que hace. Avanzamos hasta conectar con el camino principal que va desde El Chaltén hasta la laguna Torre y allá que vamos. Al llegar, desde donde se suponía que veríamos el Cerro Torre hoy tampoco aparece nada.

Lo que si que vemos muy bien es el glaciar grande que baja hasta la laguna y nos acercamos un montón a él por una senda que sube con buena pendiente por el lado derecho del lago. Vamos perfectos con el tiempo y aunque Vane ya va bien cansada aguanta como una campeona así que tiramos hacía abajo a buen ritmo para recorrer los 10km que por este valle nos llevan de vuelta a El Chaltén. Al final 37km y 1490+ en menos de 8 horas nos llevan de vuelta al pueblo que recorremos tranquilamente andando para soltar y disfrutar de un paseo por él. Por si a alguien le interesa dejamos por aquí la ruta en el Strava.

El  pueblo es muy turístico, con ambiente montañero, aunqur en estas fechas está bastante tranquilo. Aún así tiene un montón de tiendas, cafés y restaurantes para disfrutar en un entorno de montañas encantador. Hay varias esculturas de madera de mochileros, alpinistas, esquiadores… También varias agencias y preguntamos por una excursión al Glaciar de Viedma en barco, que tiene una pinta buenísima, pero no baja de los 1000 pesos, así es que otra vez será.

Volvemos a casa de Juan que no nos pone ningún problema para ducharnos y cocinar algo antes de marchar corriendo para agarrar el bus (¡¡compramos los últimos dos boletos!!) no sin antes tomar una birra comprada en el súper que hoy nos la hemos ganado. Partimos ya de noche camino a la ciudad de Perito Moreno (que no está nada cerca del Glaciar, si no hacia el otro lado) así que hoy toca “estirar” las piernas en el bus ¡ya veremos como están mañana!

Nos vamos de El Chaltén contentos, ha sido corto pero intenso y aunque nos hubiera gustado poder disfrutar de las vistas de sus imponentes montañas más famosas, lo hemos pasado en grande ¡Habrá que volver!