Salimos de El Bolsón en bus hacia San Carlos de Bariloche después de desayunar con mermelada de mora casera buenísima que prepara Vane con las moras que recogimos el día anterior.
En pocas horas llegamos. La terminal está lejos del centro, así es que tomamos un bus urbano que nos acerque para buscar alojamiento. Buscamos hostel, que aquí no son nada baratos ,y nos quedamos en uno muy céntrico pero bastante tranquilo que se llama Condor. Decidimos compartir habitación (eramos 4) para abaratar y tras instalarnos salimos rápido hacia algo que nos habían recomendado, la Colonia Suiza. La verdad es que tiene su interés a nivel histórico (se fundño a finales del S.XIX por emigrantes suizos) pero ahora se ha convertido en una turistada donde lo único que hay, además de algunas casas pintorescas en un enclave bonito, son tiendas y puestos para vender artesanía y comida a la gente que va a verlo. Los miércoles y domingos preparan una variante del curanto chileno (que se cocina haciendo una agujero en tierra y tapado con hojas y tierra) pero hecha con carne en vez de pescado, pero no lo probamos. Tomamos alguna cervecita artesanal y comimos algo, ya que estabamos por allí…
Pero lo mejor sin duda de este día es que pudimos hablar por Skype con Carmina (la abuelita de Javi) que cumplía 100 años!!! ¡Abuelita eres increíble, te queremos mucho! En momentos como este es cuando se echa de menos a la familia ya que una abuela no cumple 100 años muy a menudo pero es lo que tiene viajar por el mundo. Todo no puede ser perfecto así que a veces toca sentir nostalgia de los tuyos.
Al volver subimos al Cerro Campanario desde donde hay unas vistas súper buenas de los lagos, aunque el día no acompaña mucho. Al cerro se puede subir caminando en menos de una hora o en telesilla así que a ver si sabéis como subimos…
Bajamos de la misma manera y hacemos dedo hasta cerca de Bariloche donde ya agarramos un bus hasta el centro. Los buses aquí tienen una cosa muy buena, que sirve la misma tarjeta que en Buenos Aires o Ushuaia. Lo malo es que solo se puede pagar con tarjeta, y, a veces, hay problemas para cargarlas y te toca pedirle a alguien que te pase la tarjeta y le pagas a él o ella. Se cargan en algunos Kioskos, pero el sistema falla bastante y no está demasiado bien montado (los kiosqueros tienen que precomprar el saldo que esperan vender entonces a veces por la tarde ya no les queda, por ejemplo)
Damos un paseo probando chocolates brutales, es una de las cosas más típicas de esta ciudad, y nos comemos un helado en la tienda de chocolates Rapa Nui espectacular. Compramos algunos chocolates más en Mamushka que están que se salen, y cenamos en el hostel para ahorrar un poco que ya tenemos cubierto el gasto del día.
Al día siguiente, y tras un buen desayuno en el Condor, Vane pasea por la ciudad, que tiene su encanto… está al borde del lago, pero desde la playa la cabeza te lleva a pensar que es el mar lo que ves… ¡pero no! Lo más destacable es la plaza principal, que parece que estemos en Suiza, pues hay muchas construcciones de piedra con carpintería de madera y cubiertas de pizarra… la catedral (que es de “antes de ayer”) no está en la plaza principal, si no un poco más hacia el oeste. Es un edificio que no deja de ser curioso, construido en hormigón en los años cuarenta del siglo pasado con vitrales algo polémicos (había un cartel que explicaba que el hecho de que estuvieran puestos no quería decir que se esté de acuerdo, si no “adultez cristiana y ciudadana que acepta y convive con el que piensa distinto”) aunque desde abajo no se veían demasiado bien, sí había un martirio de un cura por parte de indígenas… no sabemos si lo ponía por eso.
Javi se pegó una buena ruta corriendo en solitario, desde Villa Catedral hasta el refugio de Frey donde conoció a Sergio Camacho que es un montañero español que lleva ya 20 años por estas tierras y trabaja también por Groenlandia e Islandia. Del refugio vuelta por el filo del cerro Catedral hasta la estación de esquí desde donde bajo a toda mecha para llegar a tiempo de agarrar el bus y volver a Bariloche. Vuelta rápida y muy montañera con recuerdos de nuestro Pirineo. De vuelta a Bariloche Javi se va a cambiar al hostel donde tiene que lidiar con la dueña del mismo que es lo peor del hostel (no le dejaba ni entrar a cambiarse de ropa) porque lo demás ha estado muy correcto. Nos damos un paseo por el centro visitando la catedral y comprando algo más de chocolate y a la terminal a agarrar el bus para irnos a Villa la Angostura por el camino de los lagos que es muy bonito.
Cuando llegamos a destino nos sorprende un mundial de motocross allí que nos deja casi sin sitio para dormir y con los precios muy caros… ¡Qué casualidad! Vane busca y busca para encontrar la mejor opción y al final nos quedamos en el hostel Angostura que aunque no es muy barato está genial. La primera noche como aún es jueves y no ha empezado el mundial nos dejan una habitación de cuatro para los dos así que estamos muy tranquilos. Hace bastante frío y Javi está destemplado así que Vane se va a comprar algo para preparar la cena en el hostel. Cenita bien rica acompañada de buen vinito y a dormir.
Al día siguiente pretendíamos alquilar un coche para hacer la ruta de los siete lagos. Como hay tanta gente hay muy poca disponibilidad y los precios son muy caros así que después de dar un montón de vueltas decidimos que no vamos a alquilar un coche y que trataremos de ver algunos lagos de otra manera. Al final hacemos dedo y llegamos a orilla del lago Nahuel Huapi que es todavía el mismo que comparten Villa la Angostura con Bariloche y que es muy grande. Nos sentamos un rato y jugamos a tirar piedras al lago. Al rato avanzamos por el margen del río Correntoso que dicen que es el más corto del mundo y que solo hace, en pocos metros, el papel de unir el lago Nahuel Huapi con el lago Correntoso que es donde llegamos. Nada más verlo nos quedamos impresionados, ¡que agua! Distintos tonos de azul y verde nos dejan maravillados y con el sol todavía es más bonito. El agua cerca de la orilla es además totalmente transparente y como no Javi decide meterse en calzoncillos casi hasta la línea de flotación.
Pasamos allí un buen rato y después vemos en el mapa que el lago Espejo queda como a unos 6-7 kilómetros caminando así que decidimos ir para allá y luego ya veremos como volver… Vamos recorriendo un camino que está medianamente indicado, donde hay unas casas espectaculares, algunas de ellas dan al lago, aunque no se ve mucho movimiento, parece bastante tranquilo. Seguimos avanzando y cerca ya del lago Espejo pasamos por una zona llena de moras y nos ponemos hasta arriba. Hay que caminar un poco por la carretera antes de llegar al lago, donde llegamos con el sol ya bastante bajo y la verdad es que es precioso, bonitos colores y todo muy tranquilo. No hay casi nadie y podemos disfrutar del lago casi para nosotros solos ¡Qué suerte! pero esto supone también un problema ya que estamos a bastantes kilómetros del pueblo y pensábamos volver a dedo desde aquí pero no vemos muchas opciones. Al final vemos a una pareja más mayor paseando y Javi se lanza rápido a preguntarles si vuelven a Villa La Angostura y si nos pueden llevar. Nos dicen que si, que no tardarán en irse, así que disfrutamos del lago un rato más mientras de repente vemos aterrizar un pedazo de helicóptero en un hotel que hay allí mismo… no comment.
Volvemos al pueblo en coche y paramos a la entrada a comprar pescado ya que hemos decidido que vamos a cocinar trucha a la parrilla. Como hemos ido viendo por otras partes de Argentina, en la pescadería (solo hay dos en el pueblo y esta es la mejor, se supone) todo el pescado es congelado, aunque lo pesquen aquí mismo. Tampoco venden el pescado entero, sino fileteado. No comen demasiado pescado por aquí… Compramos un buen lomo de trucha y al hostel. Allí Javi se pone en contacto con Reinaldo Cubillos que es un compañero de profesión chileno al que todavía no conocéis pero del que pronto sabréis más. Reinaldo realiza webinars en un proyecto que tiene llamado Academia Porcina y había invitado a Javi a participar en uno de ellos pero no sabíamos si íbamos a tener conexión a internet en el momento preciso. Javi había preparado y enviado documentación para la presentación y, por suerte, finalmente tuvimos WIFI, así es que en media hora preparamos el sistema y nos conectamos desde el hostel para hacer las pruebas y a las ocho de la tarde estaba el webinar en marcha con Javi presentando parte del mismo. El webinar fue un éxito y una vez terminado lo celebramos con una impresionante trucha a la parrilla con sus patatas, todo bien regado con buen vino. Había un grupo grande de argentinos que habían venido a ver las motos que estaba también preparando un asado y ellos fueron los que controlaron las brasas. Salió buenísima la trucha así que al final completamos un día redondo.
Al día siguiente alquilamos unas bicis para ir al bosque de Arrayanes, un parque nacional que está en una península que sale del mismo pueblo y es único en el mundo, Dicen que Obama es de las pocas cosas que vino a ver cuando hace poco estuvo aquí en Argentina. Vamos bastante justos de tiempo ya que a la 13h30 tenemos que estar de vuelta a devolver las bicis para pillar el autobús de camino a Chile así que toca apretar. Al llegar la señora que cobra los tickets creemos que se apiada de nosotros y nos cobra como argentinos ¡qué suerte! Como extranjero tendríamos que pagar casi el doble. Ya hablaremos algún día de estas políticas de que los extranjeros paguen mushiiiiiiisimo más…
La ruta no es muy larga, son 11 kilómetros de ida y lo mismo de vuelta, pero tiene algunos tramos donde toca ponerse la bici en el hombro así que vamos un poco más despacio de lo previsto. En realidad el bosque de arrayanes como tal está al final del todo el recorrido, al lado del lago y es un camino de un kilómetro que se hace a pie pero para llegar allí hay que hacer los otros once (caminando o en bici) que son muy bonitos también. Se puede ir directamente al bosque de arrayanes en ferry pero, para nosotros, mucho mejor hacerlo en bici. (Bueno, a Vane eso de llevar la bici al hombro no le acaba de gustar, pero entre quejas, lo completa). Finalmente apretamos un poco y Javi se adelanta. Al llegar al final de la ruta dejamos las bicis y Vane se da una paseo por el bosque y rápidamente empieza el camino de vuelta ya que le cuesta más y sino no llegamos. Javi hace la vuelta completa al bosque y se pone a darle zapatilla de vuelta para alcanzar a Vane. Al final llegamos a la 13h30 en punto a devolver las bicis, comprar algún chocolate y algo de comer y agarrar las mochilas para ir al autobús.
Salimos dirección Osorno (Chile) y paramos en la frontera donde lo mejor de todo es ver como trabajan los perros que controlan el equipaje. Los policías colocan las maletas dejando un pasillo en medio para que el perro vaya pasando y detectando y cuando huele algo raro busca un poco y entonces apartan la mochila para revisarla. En Chile son bastante estrictos con lo que se puede y no se puede entrar en el país sobretodo por riesgos sanitaros así que el SAG hace bien su papel.
El camino hacia Osorno es precioso y durante el mismo, vamos viendo al fondo los volcanes que están en la región de los lagos chilena y que nos dejamos pendiente para otro viaje. Volveremos pronto para descubrir Chiloe, la región de los lagos y parte de la carretera austral, seguro.
En el autobús jugamos un bingo donde el que gane de todos los pasajeros se lleva una botella de vino, ¡que cracks! Así que casi sin darnos cuenta llegamos a nuestro destino. En Osorno solo estaremos esta tarde ya que el plan es tomar un autobús nocturno hacia Curicó donde nos espera Reinaldo en su casa rural. En cualquier caso tenemos tiempo para pasear por el centro de la ciudad y ver lo principal (plaza, mercado, catedral…) para hacernos una idea de la ciudad cuyo símbolo es un toro. Tomamos unas birras en un bareto muy animado y luego nos vamos a cenar a otro también lleno de gente local.
Al llegar a Osorno estuvimos un buen rato para elegir con que compañía ir hacia Curicó ya que el sistema de transporte en autobús en Chile es un poco peculiar ya que exactamente las mismas horas hay entre cinco y diez compañías que hacen el mismo trayecto. Nos decidimos por una de precio barato pero con buena pinta y la verdad es que pasamos una buena noche. Al llegar a Curicó sobre las siete de la mañana allí estaba Reinaldo esperándonos. Con el y su familia pasamos unos días geniales en la Casa Rural Curicó, pero eso ¡os lo contamos en el siguiente post!
Bego says
Me encanta el sitio….y el chocolate!!!!!!!! 😜Deseando leer la siguiente etapa!!!!! Un millón de besos a los dos!!!!
BuscandoaCochet says
Pues cuando vengas y lo pruebes… mmm… ¡increible!
¡Millones de besos de vuelta!
Reme says
Qué bien!! Parece que poco a poco os vais poniendo al día.
Como todos, este también me ha encantado. Muy bonitas fotos!
Millions of kisses.
I love you
BuscandoaCochet says
Sí, sí… poco a poco. Jeje
El próximo ya… Chile (con invitados especiales) 🙂
¡Millones de besos!
Sara says
Por lo que parece ya vais genial con el dedo! Qué bien! Una vez que te metes en la lectura da rabia que no siga!
Un abrazo fuerte desde Huesconsiin
BuscandoaCochet says
¡Hola Sara!
Síii, Es pillarle el truco, ¡como a todo!
Es seguida os contamos más cositas… ¡muchas gracias por pasarte por aquí y muchos besos para Huesca!
Papá says
¡¡¡ Hay que ver lo que aprende uno cuando otros viajan y lo cuentan !!!!, mira que había oído el nombre de Bariloche, ¡ Pero no sabía nada de ese lugar ! y entre lo que contáis y lo que busco en internet cada vez que escribís un post, me voy haciendo una idea más real de lo que es cada sitio, gracias por realizar ese viaje y contarlo.
Lo del chocolate me parece un exceso, no parabais de comprar, menos mal que la “rutas” consumen mucha energía y por eso conserváis el tipo.
Seguís con suerte, pues en el post me hacéis sufrir cuando veo que se os va a hacer de noche y seguís caminando por el lago Espejo, y de repente aparece la solución, ¡ vaya lana !
El Skype con Carmina genial y emotivo, una suerte.
Las fotos preciosas, la comida apetitosa y el chocolate: abundante.
Animo y a ver si recuperáis un par de meses cada mes real (blog), mientras tanto acordaros de nosotros con el mismo cariño que lo hacemos nosotros y recibir ¡ Todos los besos que necesitéis o queráis !
BuscandoaCochet says
¡¡Muchisimas gracias por el repaso del post!! Es cierto que viajando y leyendo lo que otros viajan se aprende un montón! Gracias por seguirnos tan de cerca, ¡nos emociona mucho! El chocolate… lo tenéis que probar ¡Está impresionante!
Sí, a ver si conseguimos poco a poco actualizarnos, y ¡no dudéis qde que a pesar de estar disfrutando un montón nos acordamos muchísimo de vosotros!! Millones de besos
juanfer says
Chulo de verdad. Las fotos preciosas y a vosotros se hos ve felices. Un besazo y a continuar.
BuscandoaCochet says
¡¡Si!! ¡Super felices! A veces hasta cuesta hacernos a la idea de todo lo que vamos viendo y aprendiendo.
Un beso inmenso y ¡gracias por estar al otro lado!