De nuevo un viaje largo en bus, de nuevo trámites fronterizos… esta vez para entrar de nuevo a Argentina donde nos espera uno de los puntos estrella del viaje, ¡el Perito Moreno! En el bus rumbo al Calafate estaban también Marta y Jesús, los chicos de Granada que conocimos en Torres del Paine y Mario, un chileno que vive en San Pedro de Atacama así que hacemos grupito para buscar alojamiento en el Calafate. Al llegar nos ofrecen comprar los billetes de bus para el día siguiente pero tenemos dudas, así es que lo dejamos. Nos ponemos todos a buscar y no tardamos en encontrar un hostel, el Punta Norte, a precio razonable (200 pesos por persona) y con un buen desayuno incluido. Además como somos cinco nos dan una habitación de seis para nosotros solos asi que estamos de maravilla. Algo de comer rápido y a dormir que estamos cansados y mañana tenemos que madrugar.
Llegó el gran día: visitar el Perito Moreno
Desayuno completo y a la terminal para ir al gran ¡¡PERITO MORENO!! Nos dan indicaciones bastante confusas y al final, nos parece que lo más razonable es tomar un bus público –hay de varias compañías y todas tienen salidas temprano por la mañana y te llevan y te devuelven al Calafate por la tarde (horarios cerrados). También hay alguna salida después del medio día para los más rezagados… pero en esta temporada hace frio y se hace de noche bien pronto. Nos habían dicho que había combis pero no vimos por ninguna parte. También se puede ir en taxi, te llevan y te esperan 2h30 o 3h y siendo 5 nos costaba igual que el bus, pero nos parecía poco tempo para estar en el glaciar y no nos arrepentimos para nada de tomar la opción de aprovechar el tiempo allí. El trayecto dura algo más de 1h y media con parada incluida para pagar el acceso al Parque Nacional de los Glaciares (en cuyo interior se encuentra el Perito Moreno). La verdad es que las palabras se quedan corta para expresar todo lo que se siente cuando uno ve esta maravilla de la naturaleza.
El Perito Moreno es un glaciar muy impresionante y de una magnitud que no somos capaz de abarcar, para que os hagáis una idea,la parte del frente que se ve (hay otro tanto hundido bajo el agua) tiene unos 60m del alto, ¡todo un rascacielos!. Tomamos un barco (250 pesos) que nos acerca al glaciar… (había uno cada dos horas o así) y… ¡qué colores! ¡Qué magnitud!… se aproxima bastante por el calmado canal y desde el barco, de repente, vemos un desprendimiento que nos deja con los pelos de punta y algo sobrecogidos… además se generó un vaivén de olas con la caida del hielo al agua que hizo que el barco se meciera suavemente. Fue toda una sorpresa que nos hizo sentir muy privilegiados. Como no estamos en temporada alta el barco no va a tope, aún así, todo el mundo quiere tomar una foto y cuesta hacerse hueco, pero con paciencia se consigue.
No vamos a contar más detalles técnicos del glaciar porque los hay de sobra si se buscan… sólo decir que unos quince días antes de que llegáramos nosotros el glaciar se “rompió” mientras nosotros estabamos en la costa este argentina y lo vimos por TV, jeje. ¿Y eso qué quiere decir? A ver si lo sabemos explicar, el glaciar aparece entre lo que parecen dos brazos de un canal y resulta que este es un glaciar que, en general, avanza. O sea. poco a poco va cerrando la conexión entre los dos brazos del canal. Una vez el hielo llega a tierra firme el glaciar sigue intentando avanzar, y el agua de los canales presiona el glaciar por debajo, se forma un puente de hielo que cada vez es más esbelto hasta que al final se desploma. Así se vuelve a unir el Brazo Rico con el Canal de los Témpanos y vuelta a empezar. Eso suele pasar cada cuatro años o así y siempre en verano, pero esta vez ocurrió en Marzo. Suponemos que será impresionante, pero realizar la visita al glaciar en cualquier otro momento bien vale la pena. Nosotros nos quedamos varias horas mirando los cambiantes colores del hielo y escuchando impresionados como va rompiendo sin parar por dentro y como cada cierto tiempo se desprende un gran trozo que al caer al agua suena como si fuera parte de una mascletá (que se note la sangre valenciana… jejeje). La verdad es que es algo que hay que intentar venir a ver al menos una vez en la vida.
La visita al glaciar está muy bien estructurada y aunque recomendaría sin duda agarrar el barco ya que en comparación con otros tours este tiene un precio razonable, si alguien no quiere gastarse ese dinero que no piense que no va a verlo bien. Hay una serie de pasarelas de madera que están muy bien montadas y hay varios recorridos que te permiten tener unas vistas impresionantes del glaciar desde varios puntos y acercarte bastante a él. Son como 4km de rampas, tramos horizontales y miradores de madera que vale la pena recorrer con calma. En uno de los miradores nos sentamos a comer algunas cosillas que nos habíamos traido desde el Calafate… ¡No se puede tener mejor vistas en una comida! Tuvimos la suerte de ver varios derrumbamientos más a lo largo del recorrido, ¡espectaculares!
Hasta vimos dos pájaros carpinteros que nos completan el día y de repente vemos que ya es casi la hora de regresar y nos toca correr (hay unas combis que te llevan desde la parte de arriba de la pasarela al parking de los buses, pero a estas horas ya no hay…) Llegamos sin problema al bus y algo después de las 16h30 (hay un par de personas que llegan bastante tarde) parte el bus de vuelta a El Calafate. Paseamos por el pueblo que es súper turístico y bien caro, tiene de todo, bares, restaurantes, mil tiendas, cajeros, agencias… y preguntamos por la remota posibilidad de ir al glaciar Upsala, algo que desechamos rápidamente por el precio que hay que pagar (1800 pesos/persona más la tasa de acceso al parque de nuevo). Nos hubiera encantado pero miramos en mil sitios y no bajaba de ahí.
Nos tomamos unas birras en un parque con Jesús y Marta y compramos pasta rellena de cordero para cenar en el hostel (qué bueno el cordero patagónico). Navegamos algo en internet y nos despedimos de los españoles que se van a Ushuaia antes de irnos a dormir.
Mañana dejamos El Calafate y ponemos rumbo a El Chaltén… felices por haber disfrutado esta experiencia en el Perito Moreno.
¡Os seguiremos contando!
Begoña says
Se me ponen los pelos de punta de imaginarme el Perito Moreno. ¡Qué pasada! Esperamos el siguiente post!!!!! Besitos y que os queremos mucho!
BuscandoaCochet says
¡Fue una experiencia muy espectacular! Esas cosas que has visto tantas veces en la TV y… de repente… estás ahí. ¡Una pasada! Muchos besos ¡¡Nosotros también os queremos!!
Reme says
Chulo, chulo, chulo!! Nosotros lo hicimos exactamente igual, siguiendo vuestras indicaciones!!
Ya estoy esperando el siguiente!!
Besossssss
BuscandoaCochet says
¿A qué es dificil de explicar lo impresionante que es sólo con palabras? Nos encanta que nuestra experiencia os sirviera. ¡Genial! Mil besos ¡¡Os queremos!!
María Jesús says
Sin duda es una de las mejores experiencias de mi vida y que ahora, al leeros, he recordado en su integridad. Yo viaje allí hace 15 años y pernoctamos en el Calafate 3 noches, ya era súper caro. Recorrimos Patagonia y Tierra de Fuego en coche y ello nos permitió ir tranquilamente al Perito cada día y sin restricciones horarias. El atardecer era uno de los más bonitos que recuerdo y la sensación de soledad indescriptible. No quedaba nadie, tan solo la inmensidad de la naturaleza en estado puro y nuestro profundo amor compartiendo la luz más brillante de la tierra. Gracias por transportarme de nuevo… María Jesús
BuscandoaCochet says
¡¡Ay, pero qué bonito!! Qué palabras más expresivas… tuvo que ser maravilloso. ¡Un abrazo enorme y a seguir viajando por otros lugares para vivir experiencias tan chulas como la que nos cuentas!!
“Besicos” de los dos y muchas gracias por comentar 🙂
Papá says
Fenomenal, en este post no hay “sufrimiento” del que os gusta, parece un turisteo, aunque el motivo de el sea el impresionante glaciar, que me imagino, pues si la altura es de 60 m. la extension que aparece en las fotos grandiosa, maravillosa la última foto por que además del Perito, vuestras caras son reflejo de felicidad y además vuestro aspecto es inmejorable lo que supone una satisfacción enorme, gracias por vuestros post.
¿ Y la suerte que tenéis de estar ahí y grabando, justo ante un desprendimiento tan espectacular !
No hace falta, creo, que os siga diciendo lo mucho que os queremos, pero lo repito os queremos mucho y deseamos que todo el viaje transcurra como deseáis.
Hasta el próximo, seguir recibiendo besos, besos, besos …….
BuscandoaCochet says
Esto es grandioso de verdad. Tenéis que ir, os gustará muchísimo… el único posible sufrimiento allí (salvo que haga mucho frio) es el de no poderte quedar más rato a disfrutar de aquello.
Una gran experiencia que nos llena de felicidad.
Mil besos y mil gracias por los comentarios. ¡No dejes de hacerlos, que nos encantan!
Ana Mari says
Por fin hoy he podido leer el post con cierta tranquilidad. Si sólo de leer ya es emocionante….vivirlo debe ser unico. Como sois vosotros. Un abrazo a los dos.
BuscandoaCochet says
Es muy emocionante, Ana Mari, de verdad… realmente somos MUY privilegiados de poder vivir esto…
Muchisimas gracias y un besote por allí para toda la familia
Ana L says
Vane, aquí va la inanidad del ser humano???
BuscandoaCochet says
jijijii. Sin duda alguna SI. Veo que lo tienes totalmente interiorizado, no se te escapa una inanidad. 😛
¡Muchos besos!